Domingo 1 de abril de 2018
El sexo biológico y su papel sociocultural, se pueden distinguir pero no separar
El papa Francisco se ha pronunciado en reiteradas ocasiones respecto a “la aceptación del propio cuerpo como don de Dios” (Laudato si´) y a la “ideología, genéricamente llamada gender, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo” (Amoris Laetitia). A continuación parte del magisterio de Francisco y los mensajes del Arzobispo de Santiago al respecto.
Fuente: Revista Humanitas UC - mayo 2017 / Comunicaciones Santiago
- ENCÍCLICA LAUDATO SI (2015).
“155. La ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno. Decía Benedicto XVI que existe una «ecología del hombre» porque «también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo»1 . En esta línea, cabe reconocer que nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma»2 .”
- EXHORTACIÓN APOSTÓLICA AMORIS LAETITIA (2016).
“56. Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo»3 . Es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar»4 . Por otra parte, «la revolución biotecnológica en el campo de la procreación humana ha introducido la posibilidad de manipular el acto generativo, convirtiéndolo en independiente de la relación sexual entre hombre y mujer. De este modo, la vida humana, así como la paternidad y la maternidad, se han convertido en realidades componibles y descomponibles, sujetas principalmente a los deseos de los individuos o de las parejas»5 . Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad. No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada.”
- DISCURSO DE SS FRANCISCO A LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE PUERTO RICO (2015).
“…Permítanme llamar su atención sobre el valor y la belleza del matrimonio. La complementariedad del hombre y la mujer, vértice de la creación divina, está siendo cuestionada por la llamada ideología de género, en nombre de una sociedad más libre y más justa. Las diferencias entre hombre y mujer no son para la contraposición o subordinación, sino para la comunión y la generación, siempre a «imagen y semejanza» de Dios. Sin la mutua entrega, ninguno de los dos puede siquiera comprenderse en profundidad (cf. Audiencia general, 15 abril 2015). El sacramento del matrimonio es signo del amor de Dios por la humanidad y de la entrega de Cristo por su Esposa, la Iglesia. Cuiden este tesoro, uno de los «más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños» (Aparecida, 433).”
- DISCURSO DE SS FRANCISCO A LOS OBISPOS DE POLONIA EN LA CATEDRAL DE CRACOVIA (2016).
“…Pero el problema es mundial. La explotación de la creación, y la explotación de las personas. Estamos viviendo un momento de aniquilación del hombre como imagen de Dios. Quisiera concluir aquí con este aspecto, porque detrás de esto hay ideologías. En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas —lo digo claramente con «nombre y apellido»— es el gender. Hoy a los niños —a los niños— en la escuela se enseña esto: que cada uno puede elegir el sexo. ¿Por qué enseñan esto? Porque los libros son los de las personas y de las instituciones que dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Y esto es terrible. Hablando con Papa Benedicto, que está bien y tiene un pensamiento claro, me decía: «Santidad, esta es la época del pecado contra Dios creador». Es inteligente. Dios ha creado al hombre y a la mujer; Dios ha creado al mundo así, así, y nosotros estamos haciendo lo contrario. Dios nos dio un estado «inculto» para que nosotros lo transformáramos en cultura; y después, con esta cultura, hacemos cosas que nos devuelven al estado «inculto». Lo que ha dicho el Papa Benedicto tenemos que pensarlo: «Es la época del pecado contra Dios creador». Esto nos ayudará.”
NOTAS:
- 1 Discurso al Deutscher Bundestag, Berlín (22 septiembre 2011): AAS 103 (2011), 668
- 2 Catequesis (15 abril 2015): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (17 abril 2015), p. 2.
- 3 XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Relación final (24 octubre 2015), 8.
- 4 Ibid., 58.
- 5 Ibid., 33.
CARDENAL RICARDO EZZATI
- HOMBRE Y MUJER, DIOS LOS CREÓ: DESAFÍO A LA ANTROPOLOGÍA CRISTIANA (2017). Mensaje conclusivo de la Jornada Teológico Pastoral 2017 de la Iglesia de Santiago.
Arquidiócesis de Santiago
Semana Teológica – Pastoral
18 – 21 de Julio de 2017
CONCLUSIÓN DE LA SEMANA
El días martes, al inicio de la semana teológico –pastoral de este año con el sugestivo título: "Hombre y mujer, Dios los creó: Desafíos a la antropología cristiana", terminaba mi intervención con dos invitaciones que considero fundamentales en este momento de la vida de la Iglesia. Una de ellas es del Papa emérito, Benedicto XVI, escrita con ocasión del funeral del Card. Meisner, Arzobispo emérito de Colonia. Cito: "la Iglesia necesita pastores convincentes que sepan resistir a la dictadura del espíritu del tiempo y, decididamente, sepan vivir con fe y determinación". La segunda pertenece del Papa Francisco que, a propósito del de las ideologías de género, sobre las cuales hemos ahondado en estos días, con meridiana claridad, indica los pasos que los cristianos debemos emprender. Cito: "Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad." (Amoris laetitia, 56), invitándonos a cultivar la pasión de "acompañar", "discernir" e "integrar la fragilidad" (Ib. cap. VIII°).
1.- ¿ Por dónde caminar ?
Una de las preguntas que a menudo nos hacemos y nos hacen nuestros contemporáneos es: ¿Cómo servir y cómo dialogar con las personas del mundo secularizado, al cual queremos anunciar la riqueza de la salvación de Cristo, desde nuestra esencial vocación de una Iglesia signo de la persona de Jesús, de su Palabra y de sus gestos de salvación y de misericordia? De manera especial, la pregunta está dirigida a los Obispos, al clero y a toda la comunidad eclesial.
Les ofrezco algunas pistas pastorales, deseando que sean un estímulo para su ulterior reflexión y acción. Son pistas reflexionadas y ofrecidas, especialmente, desde el Vaticano II.
Lo escuchado en estos días, nos ha dicho que no se trata sólo de discusiones académicas, teorías que se plantea en las aulas de las Universidades, sino, por el contrario, de interpelaciones con matices sutiles; en algunos casos, planteadas engañosamente, con una clara intencionalidad de subvertir los fundamentos esenciales de la concepción antropológica cristiana, utilizando conceptos equívocos a los que se les asignas significados ambiguos que, a primera vista parecieran proponer valores legítimos. A todo cristiano, de manera especial los pastores, se le pide estar dispuestos a dar razón de la esperanza, frente a quien lo pida. (Cf. 1 Pt 1, 15).
2.- El camino del diálogo.
Las preguntas no se refieren solo al "como", es decir, a la metodología pastoral, sino también al "qué", es decir, la verdad revelada y al "quienes", es decir, a los destinatarios, es decir, los hombres y las mujeres de hoy, que viven en un mundo plural, cada vez más secularizado y cada vez más avasallado por tantas "verdades" a los cuales anunciar "la verdad". En su primera Carta, arriba citada, San Pedro nos interpela con estas palabras: "honren a Cristo como Señor de sus corazones. Estén siempre dispuestos a defenderse si alguien les pide explicaciones de su esperanza, pero háganlo con modestia y respeto..."; "hacedlo con dulzura y respeto". "Mantened una buena conciencia, para que aquello mismo que os echan en cara, sirva de confusión a quienes critiquen vuestra conducta en Cristo. Pues vale más padecer por obrar bien, si esa es la voluntad de Dios, que por obrar mal."(Ib).
Para adentrarnos en el "que", en el "quienes" y en "como" dialogar con las realidades analizadas en estos días, parto de la enseñanza de la Constitución "Gaudium et Spes", que señala las riquezas del anuncio cristiano y el lugar desde donde la comunidad cristiana debiera ubicarse, frente a las corrientes que pretenden ser vehículo de nuevas culturas para los hombres y mujeres de hoy. Podemos observar que, desde su primer número, la Constitución, evidencia la relación entre los dos sujetos: la Iglesia y el mundo.La Iglesia se presenta a sí misma en el mundo, dentro del mundo, no al lado o en contraposición con el mundo. El texto es conocido: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de los que sufren, son a la vez, gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. No hay nada verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón" (GS 1).
Destaco que el Concilio no solamente habla de diálogo, indica también itinerarios concretos a seguir, ofreciendo indicaciones iluminadoras, también para el hoy de nuestro servicio evangelizador. Indico tres de ellas:
2.1.- Optar por el diálogo. En primer lugar nos insta a optar siempre por el diálogo. Asumir como punto de partida el reconocimiento de que "la Iglesia está en el mundo" para anunciar la Buena Noticia, para ser portadora de la novedad del Evangelio que salva y ofrece esperanza. Fueron las palabras del Papa Juan XXIII inaugurando la 1ª sesión del Vaticano II. Cito sus palabras: "Siempre la Iglesia se ha opuesto a los errores, a menudo los ha condenado con la máxima severidad. Ahora, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia, más que la severidad... levantando la antorcha de la verdad religiosas, quiere mostrarse madre amorosa de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y bondad, también hacia los hijos separados de ella" (Cfr. Juan XXIII, Discurso de apertura, 11 de Octubre de 1962). Optar por el diálogo significa optar por una actitud que asume la connotación de "solidaridad": "La Iglesia se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia" (GS1) y optar por una actitud de cooperación con el mundo: "El pueblo de Dios..., no puede dar prueba mayor de solidaridad, respeto y amor a la familia humana que la de dialogar con ella acerca de todos estos problemas, aclarándolas a la luz del Evangelio..."(GS3). En esta línea se pondrá el Papa Pablo VI en su primera Encíclica "Ecclesiam suam".
2.2. - Diálogo como reciprocidad. El Vaticano II nos anima a asumir una segunda opción, iluminadora también para nosotros, afirmando que el diálogo exige reciprocidad. Y la reciprocidad no es ingenuidad, sino capacidad de escuchar, discernir y saber ofrecer el don de la propia fe y de las convicciones más profundas que brotan de la Palabra de Dios. En efecto, "la experiencia del pasado, el progreso científico, los tesoros escondidos en las diversas culturas, permiten conocer más a fondo la naturaleza humana, abren nuevos caminos para la verdad y aprovechan también a la Iglesia."(GS 44). Aún más: "es propio de todo el Pueblo de Dios, pero principalmente de los pastores y de los teólogos, auscultar, discernir e interpretar con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina...". Sin embargo, no podríamos hablar de reciprocidad, si se olvidara o excluyera el gozo y la responsabilidad de ofrecer el anuncio de "la alegría del Evangelio" y "la predicación alegre, paciente y progresiva de la muerte y resurrección salvífica de Jesucristo" como prioridad absoluta (Francisco, en EG 110).
2.3.- Diálogo como servicio. Finalmente el vaticano II° invita a ver el diálogo como servicio, un fecundo servicio para evangelizar a los hombres y mujeres de hoy y ofrecerles caminos de auténtica humanización. Frente a las "preguntas angustiosas" de los contemporáneos, sin "ambición terrena alguna", el Concilio ofrece "la sincera colaboración de la Iglesia" para lograr la fraternidad universal que corresponda a su altísima vocación humana. La Iglesia "sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo a dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido" (Cfr.GS 3).
El diálogo aparece como una expresión de la mediación de la "diakonía" de la Iglesia. Claramente no como simple estrategia, sino una forma de servicio que la Iglesia, a imitación de Cristo, ofrece al mundo y a la historia: el servicio a la Verdad.
3.- Actitudes espirituales y pastorales que suscita la opción por el diálogo.
Finalmente el Concilio destaca algunas actitudes espirituales que favorecen el diálogo. Indico tres de ellas:
3.1.- La actitud de diálogo pide que la Iglesia no camine "al margen", "en paralelo" o "en contra del mundo".
No nos debiera preocupar demasiado que los medios de comunicación de masa, mundiales y nacionales (¡no lo hacen nada mal!) se deleiten en presentar a la Iglesia, al papa, a los católicos como "oscurantistas", "fundamentalistas", "talibanes" o como representantes de las posturas más "retrógradas", "conservadoras", "de otra época" o de la "edad media".
Nos debería preocupar, en cambio, que el Evangelio no sea acogido como Buena Noticia; que no logre "transformar desde adentro, y renovar la humanidad" (Cfr. EN 18), ya que nuestra misión "es evangelizar–no de manera decorativa, como un barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces." (Ib). Se trata de "inculturar" el Evangelio.
3.2.- La actitud espiritual y pastoral de diálogo pide que los cristianos seamos lúcidos testigos y profetas de la Verdad de Jesucristo.
El acercamiento empático y la disponibilidad para el diálogo con el mundo secularizado, deben ser acompañados, siempre, por el lúcido y valiente anuncio de la Verdad de Jesucristo y del Evangelio. La esperanza cristiana se funda en Dios, que es el "Dios de la Esperanza" (Rom.15, 13), Jesucristo y su Evangelio transmitido por la Iglesia y vivido en la Iglesia. La Exhortación Apostólica "Evangelii Nuntiandi" afirma, con mucha claridad, que "el núcleo vital de la Nueva Evangelización ha de ser el anuncio claro e inequívoco de la persona de Jesucristo, es decir, el anuncio de su nombre, de su doctrina, de su vida, de sus promesas y del reino que Él nos ha conquistado a través de su misterio pascual" (Ib.66).
3.3.- La actitud espiritual y pastoral de diálogo, nos pide ser discípulos misioneros "pedagogos", que sepan acompañar y hacer crecer la fe.
Me detengo finalmente en un tercer aspecto que reclama de nuestra especial atención: se trata de la pedagogía, del itinerario pedagógico para anunciar y defender la Verdad. Aquí se encuentra, tal vez, uno de los problemas más delicados que estamos llamados a enfrentar como Iglesia, hoy y en Chile. La sociedad chilena es, cada vez más pluralista, por lo que es importante no cerrar los ojos frente a esa realidad y buscar adecuados itinerarios pastorales para el primer anuncio y la educación de la fe, del mensaje evangélico de Jesucristo.
En la Carta Apostólica "Novo Millenio Ineunte", Juan Pablo II se preguntaba: ¿"Podemos quedar al margen" de esta misión de la Iglesia? Su respuesta sigue siendo desafiante hoy. Cito: "muchas son las urgencias ante las cuales el espíritu cristiano no puede permanecer insensible...". "Nosotros como cristianos tenemos el deber de desarrollar el diálogo, ofreciendo el pleno testimonio de la esperanza que está en nosotros (cfr. 1 Pt 3,15). No debemos temer que pueda constituir una ofensa a la dignidad del otro lo que, en cambio, es anuncio gozoso de un don para todos, y que se propone a todos con el mayor respeto a la libertad de cada uno". (NMI, nn.51, 56).
7.- Conclusión:
Gracias por esta semana necesaria y motivadora. Gracias a la Vicaría de Pastoral con su Vicario y los diferentes colaboradores que nos han ofrecido un ambiente grato, profundo y fraterno. De manera especial, gracias a los expositores, cristianos laicos, con excelente competencia profesional y sentida calidez humana: un servicio muy fecundo. Gracias, muchas gracias.
Para todas y todos abundantes bendiciones.
Card. Ricardo Ezzati Andrello, sdb
Arzobispo de Santiago
- PALABRAS DEL CARDENAL EZZATI ANTE PROYECTO DE IDENTIDAD DE GÉNERO (6 DE ABRIL 2018)
Durante la próxima semana se analizará el proyecto de identidad de género en el Congreso. En ese contexto y ante una consulta de Emol respecto del cambio de sexo registral en menores, el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, señaló:
“¿El cambio de sexo registral que cosa quiere decir… el hecho en sí? ¿Qué cosa es? Es un nominalismo. Lo que yo digo, digamos, es que más allá del nominalismo hay que ir a la realidad de las cosas. No porque yo a un gato le pongo nombre de perro, comienza a ser perro.
Lo que yo digo, digamos, es que es una cosa que tiene muy poco sentido, objetivamente. Puede tener un sentido humano de satisfacción de una situación, de una petición, pero, objetivamente ¿qué cosa significa? Es un cambio de registro.
Siempre las discusiones son buenas, siempre los diálogos son buenos. Lo que hay que ir a fondo de los diálogos. No basta el diálogo, no es simplemente 'mire yo pienso esto, tú piensas esto otro y se acabó'. Un diálogo verdadero tiene que estar fundado sobre razones que sean, digamos, de humanidad, que respeten la antropología, que busquen el bien de todos. Y eso sí, el diálogo siempre es oportuno. Jamás hay que cerrarse al diálogo. Tampoco con aquellos que tengan opiniones diversas de la propia. Lo importante es que dentro del respeto que nos debemos, podamos razonar y razonar coherentemente de acuerdo a los principios de que rige el pensamiento, digamos, y la realidad de las personas".
Finalmente, consultado si el cambio debe incluir a los menores de entre 14 y 18 años, el arzobispo señaló: "Yo creo que el tema fundamental no es simplemente la edad, es algo más, más profundo".