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Viernes 2 de julio de 2021

Tenemos que hablar de Chile, construir el país que soñamos

En un gran proceso de diálogo, las dos universidades más importantes del país presentaron el proyecto “Tenemos que hablar de Chile”, un espacio de encuentro cívico a través del cual escucharon y sistematizaron los anhelos de más de 100 mil personas que sueñan con un país en el que haya lugar para todos y todas.

Periodista: Bárbara Guerrero

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: www.periodicoencuentro.cl

Desde el estallido social de octubre de 2019 nuestro país atraviesa una transformación política y social sin precedentes. Desde entonces surgieron cabildos, conversatorios y asambleas auto-convocadas en todo el territorio, donde ciudadanos se reunieron para hablar del Chile que anhelaban, aportando con sus opiniones y vivencias al debate y a la conducción política del país.

Para tomar el pulso a estos encuentros, investigadores de las universidades Católica y de Chile impulsaron el proyecto “Tenemos que hablar de Chile”, una plataforma colaborativa de encuentro e incidencia ciudadana, que mediante tres mecanismos de participación (Chile a escala, conversaciones digitales y consultas ciudadanas) permitieron la sistematización de datos de cerca de dos mil diálogos organizados a lo largo del país, entre junio y noviembre de 2020.

Fueron más de 100 mil participantes, en jornadas que sumaron más de 3.500 horas de conversación y que si bien sirvieron para dilucidar un Chile dispar, en el que convergen realidades y opiniones distintas, también constataron que en la ciudadanía chilena hay cohesión social.

Así lo ratifica Valentina Rosas, subdirectora de la plataforma, quien dice que “la gente es capaz de encontrarse en un ambiente de respeto, dialogar y encontrar puntos en común, de interesarse por la realidad del otro, por muy distinta que sea. Compartieron sus emociones, sus ideas de cómo cambiar, mejorar o mantener el país; su visión de cómo lograrlo y, lo más importante, se logró una vinculación con cada uno”. Si bien Valentina reconoce que el proyecto no buscaba hacer educación cívica, sino generar espacios de escucha, el trabajo tuvo impacto en ese sentido. Además, permitió aportar insumos al proceso constituyente. “Hemos estado llevando los contenidos a quienes tomarán decisiones. Esa fue nuestra promesa a los participantes. Nos hemos juntado con el Presidente, con la Presidenta del Senado, de la Cámara, presidentes de todos los partidos. Con todos quienes son parte del debate público” y, según expresa, el resultado ha sido positivo.

“Nos dijeron que fuimos de los pocos capaces de leer el descontento social y político. A muchos les ilusiona esta capacidad de dialogar que ven en la ciudadanía”, agrega Rosas, quien destaca que en este proyecto los expertos no fueron los protagonistas, sino que incluyó a personas comunes, de diferentes edades y clases sociales, sin estudios y profesionales. Esto generó un diálogo genuino, fraterno y una empatía con el otro, a pesar de ser perfectos desconocidos.

Algunos hallazgos

Las personas identifican la necesidad de mejorar la convivencia a través del diálogo. Manifiestan sentir temor, incertidumbre e inseguridad frente a los últimos hechos ocurridos en el país, sin embargo, se muestran esperanzados con la posibilidad de construir un futuro mejor. Esperan un reseteo en la política, que sea capaz de centrarse en el ser humano más que en los intereses de los partidos. Un Estado responsivo, que conozca la realidad de sus ciudadanos y sus necesidades. Piden cambios profundos en la Constitución. También anhelan la descentralización. Quieren nuevos rostros en la política, más calificados, con mayor conexión con la ciudadanía, y que se caractericen por su ética pública.

Consideran a la educación como piedra angular de la sociedad, ya que según concluyen, es una herramienta necesaria para la formación de nuevos líderes. En relación a lo colectivo y comunitario, destacan la importancia de las instancias participativas para incidir en las políticas públicas, así como el poner en el centro a la persona humana por sobre los intereses económicos, ya que esto tiene impacto no solo en lo material, sino que también en lo relacional.

El informe con los resultados de “Tenemos que hablar de Chile”, está disponible en www.tenemosquehablardechile.cl