Domingo 24 de abril de 2022
Cardenal: En un Chile crispado "debemos ser ejemplo de paz"
El Arzobispo de Santiago participó en Renca en la tradicional procesión de Cuasimodo y llevó personalmente la comunión a personas que se encontraban enfermas en sus hogares.
Fotos: Camila González
Periodista: Felipe De Ruyt Jara
A las 8:08 horas de este domingo 24 de abril, el fuerte repique de una campana y la proclamación de Gloria a Dios, con gritos de “Cristo Rey”, dio inicio en Renca la celebración del Cuasimodo. La fiesta tradicional, única en el mundo, volvió este año a las calles de distintos lugares de Chile luego de una pausa forzada por la pandemia.
En esta comuna situada al norte de Santiago, la misión de “correr a Cristo” fue encabezada por el Arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós. A bordo de un carruaje tirado por caballos construido a fines del siglo XIX, monseñor Aós fue acompañado por alrededor de 800 personas, entre cuasimodistas —jinetes y ciclistas— y personas que salieron a presenciar la caravana, según datos de Carabineros.
El recorrido fue seguido por numerosos habitantes de Renca, que salieron a las calles a observar la colorida cabalgata. Algunas familias llevaron a sus hijos enfermos al paso de la procesión, en una impactante muestra de fe en el poder sanador del Santísimo Sacramento.
Uno de los primeros fue Sergio Jeldrez, de 25 años, quien sufre hidrocefalia. Sentado en su silla de ruedas y acompañado por familiares, recibió con recogimiento la bendición del cardenal. "Me siento bien. Siempre vengo a Cuasimodo, pero no pude estar en la Iglesia antes, por la pandemia", dijo.
Ejemplo con hechos
Durante la mañana, Monseñor Aós recorrió distintas calles de este sector de la capital y llevó la comunión personalmente a personas que se encuentran enfermas. En un alto en la capilla Nuestra Señora de Guadalupe, el Arzobispo de Santiago señaló que cada cristiano tiene que convertirse “en una custodia viviente que lleve a todas partes la presencia del Señor”.
“A los cristianos los saludaban, en las primeras comunidades diciendo ‘mirad cómo se aman’, y también en este Chile, donde hay crispación, hay violencia. Que nosotros seamos personas de paz, personas de diálogo, y que nos puedan señalar diciendo: ‘mirad cómo se quieren, cómo saben tratarse, cómo cuidan a sus enfermos, mirad cómo cuidan y valoran la vida de sus hijos, incluso todavía en el seno de sus madres”, aseveró.
“Que nosotros podamos ser ejemplo, no tanto con las palabras sino con los hechos”, añadió.
En otro momento del recorrido, el cardenal Aós recalcó que Cuasimodo es una demostración de religiosidad. “Los que participan saben que esto no es un desfile ni un teatro, sino que es una profesión de fe”, enfatizó.
“Hay algo más, porque simplemente por folclore no se hacen estas cosas. Hay una fe profunda y un misterio, y ellos ven que el misterio está”, puntualizó.
"Uno lo hace por fe"
Dos Héctor Valenzuela —padre e hijo— tuvieron la responsabilidad de guiar el antiguo carruaje negro con delgados adornos de lineas rojas que transportó al Santísimo, Como familia, los Valenzuela llevan más de 40 años participando en esta tradición al alero de la Asociación de Cuasimodistas de Renca.
Héctor hijo explica que el carruaje fue adquirido a una antigua familia de Quinta Normal y desde entonces recorre las calles en estas festividades especiales. "Hay que tener un cuidado único para moverlo", apunta. "Ya casi no hay artesanos que puedan hacerle reparaciones y los jóvenes ya no se dedican a esto".
Más atrás, Casandra Ruiz, de 16 años, cabalga con seguridad y dominio, vestida con sus galas de cuasimodista en color rojo. "Siento felicidad de estar en el Cuasimodo, y uno lo hace por fe. Es una tradición que tenemos de toda la vida en nuestra familia y yo participo desde que era bebé", cuenta.
En una de las paradas, la capilla de Guadalupe, el fervor de los feligreses, la gran mayoría adultos mayores y algunos de ellos con muletas, era evidente. Al interior del templo, Norma Ilanes, Lucila Medina, Verónica Medina y Sara Villalobos se inclinaban y saludaban con sus blancos pañuelos el paso del Santísimo.
“Nos sentimos muy bendecidas. Esperábamos que llegara y con los pañuelos le dimos la bienvenida al Señor que vino a visitarnos”, expresaron.
Cuidado de los caballos
El alcalde de Renca, Claudio Castro, quien estuvo presente en el inicio de la procesión, señaló que este domingo se dispusieron dos puntos de atención veterinaria, con el fin de cuidar el estado de salud de los equinos que participan en la cabalgata.
"Es importante resguardar esta dimensión de la salud de los caballos, y en años anteriores ya hemos adoptado esta medida", explicó.
El jefe comunal reconoció que la versión que se realiza en Renca de esta fiesta "es un orgullo para nuestra comuna. Este 2022 cumple 180 años, y hace un par de años logramos que fuera declarada patrimonio inmaterial. He podido conversar con varias de las personas que están reunidas aquí y me dicen que para todos es muy importante volver a realizarla de manera presencial. Forma parte muy importante de su identidad y de su historia", aseveró.
Larga tradición
La fiesta de Cuasimodo es una expresión de la religiosidad popular que data del siglo XIX y que se celebra el domingo siguiente a Semana Santa. Consiste en una comitiva que escolta a un sacerdote para entregar la comunión a los enfermos en sus domicilios, con el fin de disuadir a los bandoleros que infestaban los caminos rurales en distintos períodos de los comienzos de la República.
Originalmente realizada a caballo, esta festividad hoy se realiza mediante diversos medios, como en bicicletas especialmente decoradas para la ocasión o simplemente a pie.