Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Miércoles 31 de marzo de 2021

Celestino Aós: “Es la gran hora para la vida religiosa”

La Vicaría para la Vida Consagrada celebró un encuentro para reflexionar en el contexto del Triduo Pascual con el pastor de la Iglesia de Santiago, monseñor Celestino Aós. En la jornada, transmitida vía Zoom, se reunieron más de cien consagrados de Santiago, quienes escucharon con atención el mensaje entregado por el cardenal.

Periodista: Paula Ampuero Ulloa

Treinta minutos antes de la hora oficial se comenzaron a conectar los religiosos y religiosas de Santiago, a través de las cámaras se podía ver a las hermanas Capuchinas, las Hijas de María Auxiliadora, las Sacramentinas. Apenas iban entrando, se saludaban alegres por el reencuentro virtual.

A las 18:00 horas el vicario padre Pedro Pablo Garín dio inicio a la jornada: “La oportunidad que tenemos hoy es muy hermosa para fortalecer esta fraternidad” manifestó. Y animó a los presentes a invocar al Señor, para que “sea Él quien nos conduzca a este encuentro”.

La oración estuvo a cargo de las Hijas de María Auxiliadora, quienes le pidieron al Señor que les enseñe el amor que nos hace hermanos: "Que llama a cada uno por su nombre, que conoce las debilidades y virtudes, y que mira lo profundo del corazón. Te pedimos por cada comunidad de consagrados, para que seamos reflejo de tu mirada que nos ama y llama”.

Jesucristo en el centro

El Arzobispo Cardenal de Santiago, monseñor Celestino Aós, compartió una reflexión profunda a los y las religiosas en esta Semana Santa 2021. Se detuvo en un análisis de la realidad actual, en cómo se debe enfrentar este tiempo y en el rol que han tenido los consagrados durante la crisis.

Dios no da nada inútil ni a destiempo. (…) Les insisto en que hay que poner a Jesucristo en el centro. Es Cristo quien vive en mí, yo vivo en Cristo, si usted pierde de vista a Jesucristo, pierde su capacidad de transmitirlo. Algunos admiran a Jesús, pero sus vidas no cambian, no es suficiente admirar a Jesús, es necesario seguir su camino, dejarse cuestionar por Él, pasar de la admiración al asombro. Jesús viene a celebrar la victoria de Dios con su cruz” afirmó el pastor.

Antes de cerrar, el arzobispo insistió en que, en este tiempo de tanto dolor para el mundo, el país, la Iglesia y las comunidades, “cada uno de nosotros está invitado a ser un instrumento de Dios que alivie, que consuele a los hermanos”.

Es el momento también en que la vida religiosa tiene que mirar lucidamente la realidad entera. ¡Cuántas cosas no me admiran que están haciendo las religiosas y los religiosos en estos tiempos!, desde una olla común, hasta visitar a un anciano, hasta atender un enfermo, cuántas cosas que no aparecerán en los periódicos ni en la televisión, pero que están ahí porque son las obras de misericordia. Es la gran hora, de los que trabajan y de los que ofrecen al Señor su servicio; ¡es la gran hora para la vida religiosa!” exclamó el cardenal.

Para finalizar el encuentro el vicario para la Vida Consagrada, agradeció la guía del arzobispo y la presencia de los más de cien conectados a la transmisión. Y manifestó su deseo de “que podamos recoger ojalá estas palabras de nuestro pastor, y unirnos con este espíritu fraterno estos días de Semana Santa”.