Sábado 24 de agosto de 2019
Colegio María Inmaculada cumplió 125 años educando en valores
La Catedral Metropolitana estaba repleta con la asistencia de la comunidad educativa de este colegio científico humanista, cuyos directivos, cuerpo docente, administrativos, alumnas, padres y apoderados celebraban este sábado 24 un nuevo año de servicio católico a la enseñanza.
Fotos: Nibaldo Pérez
Periodista: José Francisco Contreras
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
La misa, acompañada por el coro y orquesta del colegio, ganadores de diversos premios, fue presidida por el Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, quien en homilía resaltó las virtudes de la beata Paulina von Mallinckrodt, que se dedicó a recoger niños pobres y ciegos. Hace 125 años nace este colegio en Chile, dijo, "para enseñar que hay caminos nuevos y que no deben resolverse los problemas y las diferencias con la violencia, sino que con el diálogo, para enseñar que construiremos una país mejor con la colaboración y el trabajo en equipo, con el compañerismo".
El pastor reconoció que hoy se vive un tiempo difícil, exigente, "pero es un tiempo hermoso, vivir es hermoso. Es hermoso enfrentar los desafíos y saber que tenemos que colaborar, porque entre todos tenemos que formar un Chile nuevo, una sociedad mejor". Al referirse al Evangelio proclamado, de las Bodas de Caná, dio que allí Jesús manifestó su Gloria "y quiere manifestarla en este colegio, para que la gente crea en Jesucristo". Finalmente, invitó a las religiosas y comunidad escolar a ser fieles al carisma que los inspira.
María Soledad Díaz, directora del colegio, precisó que esa fuente inspiradora "son los valores, vivir los valores en armonía, con fuerza, para ser mujeres que estemos muy atentas en los nuevos tiempos siendo capaces de actuar, de vivir los valores que nos daba nuestra fundadora". Destacó que su mamá fue ex alumna de este colegio, también sus hermanas y ella misma, que lleva 32 años trabajando en el establecimiento, de los cuales los últimos nueve los ha ejercido como directora. "Me siento muy orgullosa de serlo, trabajando cada día más para que nuestra educación sea parte de la vida de un cristiano", afirmó.
Entre las ofrendas que se llevaron al altar durante el ofertorio, presentaron el rosario de la madre Paulina, oración que le infundió confianza en los momentos más duros que le correspondió vivir en la Alemania de su época.
La misa terminó con el canto del Te Deum, como gratitud por los dones recibidos.