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Jueves 17 de diciembre de 2020

Reflexión y Oración en el encuentro de Adviento de la Vicaría para el Clero

Cerca de 80 sacerdotes se encontraron en la celebración litúrgica de Adviento, donde acompañados por el recién creado Cardenal, Celestino Aós, reflexionaron y oraron en torno a las dificultades pastorales del último año y recordaron el sentido esperanzador de la Navidad.

Por: Vanessa Yegres

“Sabemos que el Adviento es un tiempo de gracia y esperanza; de vigilancia y espera”, fueron las palabras con las cuales Alberto Lorenzelli, Vicario para el Clero, dio por iniciada la actividad. El obispo recordó también que en este tiempo debemos “ampliar nuestro deseo de justicia, solidaridad y paz”. 
Lorenzelli también dijo que a pesar del tiempo particular que vivimos, el Adviento nos enseña que las dificultades también vienen con Jesucristo y que esto “nos abre la esperanza”. 
Después, monseñor Julio Larrondo, obispo auxiliar de Santiago, guió la oración y reflexión de Adviento entre los sacerdotes. Recordando a San Juan Bautista, como lo ha hecho en sus recientes prédicas, diciendo que “el Señor no nos ha abandonado; está presente y volverá en su gloria a cada una de nuestras vidas”. 
Tras esto, los presbíteros compartieron unos minutos de oración en silencio. 
Nuevas perspectivas
El encuentro marcó la primera instancia de monseñor Celestino Aós reuniéndose con hermanos sacerdotes, desde su retorno desde el Vaticano. 
El Cardenal expresó que a pesar de las condiciones no propicias y algunos cuestionamientos, la Navidad ocurrirá. No desde un sentido de celebración y materialismo, explicó, sino para “celebrar la liturgia e invitarnos a mirar distintas perspectivas”. 
Aós destacó que Jesús es Dios mismo, que se hace hombre. “Cuando nos adentramos en este misterio, podemos vivirlo como nuestra realidad”, concluyó. 
Reflexiones fraternales
Tras las reflexiones iniciales, los sacerdotes tuvieron un espacio de 40 minutos para preguntas y apreciaciones personales de la actividad. Entre las mismas, el padre Manuel Carmona, compartió que, a su juicio, este tiempo había revelado que “nos falta mucha conversión aún para confiar más en Él que en nuestras frágiles capacidades humanas y personales”.
Por otro lado, el sacerdote Eduardo Marín, señaló que aunque la vida sacramental se había visto afectada en este tiempo, la ayuda fraterna ha aumentado. Sin embargo, advirtió que fortalecer la práctica y vivencias de los sacramentos no debe perder importancia. 
Para el padre Jorge Merino, estos encuentros son necesarios. Rescató del encuentro el llamado al servicio, especialmente durante la pandemia y también, poder encontrarse tras el nombramiento de Celestino Aós como Cardenal. 
“Es una responsabilidad y un servicio”, dijo respecto al nombramiento. “Es bonito ver, a través de esto, la cercanía del Papa Francisco con nuestro Chile y nuestra Arquidiócesis de Santiago”.