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Miércoles 21 de octubre de 2020
Martes sacerdotal abordó doble dimensión de la fe, acción y oración
La instancia formativa dirigida a los presbíteros de la diócesis y que es organizada por la Vicaría para el Clero, contó en esta oportunidad con la exposición del sacerdote, teólogo y profesor Javier Melloni, donde se reflexionó en torno a la pregunta ‘¿Cómo nos nutrimos de la fuente que nos nutre?’ y sobre los tiempos para la acción y la oración.
Por: Vanessa Yegres
La convocatoria tuvo lugar este martes 20 de octubre, siguiendo la modalidad virtual a través de Zoom, reuniendo a 72 participantes, incluyendo sacerdotes, obispos y consagrados.
Tras la oración y palabras de bienvenida por parte de monseñor Alberto Lorenzelli, Vicario para el Clero, Javier Melloni inició su exposición, planteando cómo colabora la espiritualidad en el momento de afrontar las crisis social y sanitaria que vivimos no solo en Chile, sino en el mundo.
El sacerdote de origen italo-catalán señaló que en estos tiempos, existe una sensación de agitación, estrés y cansancio. “No poder atender a la gente como quisiéramos, nos produce cansancio físico y psíquico”, dijo a los presbíteros.
Reflexiones profundas
Señaló que el apoyo entre sacerdotes, personas de confianza e incluso comunidades cristianas son los elementos que dan fortaleza en el ejercicio pastoral, invitando también a cada uno a reflexionar profundamente sobre su vida diaria e identificar puntos para mejorar.
“Solo podemos amar lo que conocemos. Solo podemos conocer lo que identificamos y solo podemos identificar lo que observamos. Por tanto, poner nombre a las cosas, es fundamental para abrazarlas”, esto, como punto fundamental para poder atravesar las crisis de manera saludable.
Alimentar la espiritualidad
Tras la oración y palabras de bienvenida por parte de monseñor Alberto Lorenzelli, Vicario para el Clero, Javier Melloni inició su exposición, planteando cómo colabora la espiritualidad en el momento de afrontar las crisis social y sanitaria que vivimos no solo en Chile, sino en el mundo.
El sacerdote de origen italo-catalán señaló que en estos tiempos, existe una sensación de agitación, estrés y cansancio. “No poder atender a la gente como quisiéramos, nos produce cansancio físico y psíquico”, dijo a los presbíteros.
Reflexiones profundas
Señaló que el apoyo entre sacerdotes, personas de confianza e incluso comunidades cristianas son los elementos que dan fortaleza en el ejercicio pastoral, invitando también a cada uno a reflexionar profundamente sobre su vida diaria e identificar puntos para mejorar.
“Solo podemos amar lo que conocemos. Solo podemos conocer lo que identificamos y solo podemos identificar lo que observamos. Por tanto, poner nombre a las cosas, es fundamental para abrazarlas”, esto, como punto fundamental para poder atravesar las crisis de manera saludable.
Alimentar la espiritualidad
Melloni plantea la pregunta de cómo puede aportar la espiritualidad al manejo de estas crisis y en respuesta a ello, tomando ejemplos del Antiguo Testamento, establece que “es fundamental poder detenerse y mirar dónde estamos como cuerpo sacerdotal y como Iglesia”.
Para mantener la llama sagrada de la fe, se necesita lucidez y serenidad para que la respuesta que traiga a cada uno la reflexión fecunda, la misma no se vea atenuada por las dificultades, sino “lograr que vuelva a crecer con fuerza”.
Para mantener la llama sagrada de la fe, se necesita lucidez y serenidad para que la respuesta que traiga a cada uno la reflexión fecunda, la misma no se vea atenuada por las dificultades, sino “lograr que vuelva a crecer con fuerza”.
Tiempos de oración
“Hay un tiempo para estar en el campo de batalla, afrontando las circunstancias donde se produce el combate”, explicó Melloni, “hay otro tiempo para subir a lo alto y con la perspectiva del paisaje, sostenerse en oración”.
La oración y reflexión, entonces, son tan o más poderosas que estar en el campo de batalla, sentencia. “Son dos roles diferentes, pero son dos momentos diferentes en nuestro ministerio, porque hemos de estar en el terreno y al mismo tiempo tomar distancia y ver con perspectiva para interceder y orar”.
Auto-cuidado físico, psicológico y espiritual
La oración y reflexión, entonces, son tan o más poderosas que estar en el campo de batalla, sentencia. “Son dos roles diferentes, pero son dos momentos diferentes en nuestro ministerio, porque hemos de estar en el terreno y al mismo tiempo tomar distancia y ver con perspectiva para interceder y orar”.
Auto-cuidado físico, psicológico y espiritual
Por otro lado, explica la importancia de respetar los procesos físicos, psicológicos y espirituales, cuidando no llegar a procesos irreversibles dañinos.
Sin embargo, Melloni enfatiza en que muchas veces la “tempestad que atravesamos”, y la serenidad posterior a la misma, son parte del diálogo y reflexión que da a cada uno el Evangelio. “Al detenernos en esta reflexión, la honestidad con uno mismo es lo más importante”, expresó.
Nutrir el espíritu
Nutrir el espíritu
Estas reflexiones derivan en preguntarse a sí mismo qué aspectos nos nutren más en la vida diaria, señala. Para lo cual, recomienda mirar a profundidad las amistades, tiempo de contacto con la naturaleza, participar de los elementos espirituales e incentivar la lectura; todos estos elementos aportan al bienestar propio, de manera que cada presbítero pueda ofrecer más de sí a las comunidades, aportando a la superación de crisis y acompañando al Pueblo de Dios.
El valor de la dimensión espiritual
Tras la exposición, monseñor Alberto Lorenzelli expresó que este encuentro permitió que los sacerdotes pudiesen “ahondar una de las dimensiones en la vida sacerdotal: la dimensión espiritual”.
Tras la exposición, monseñor Alberto Lorenzelli expresó que este encuentro permitió que los sacerdotes pudiesen “ahondar una de las dimensiones en la vida sacerdotal: la dimensión espiritual”.
Asimismo, explicó que la invitación de Melloni al auto-cuidado, permite abrirse “libre y auténticamente a los otros y nos permite superar las dificultades, llevando la misión a partir de un profundo encuentro con Dios”.
Por su lado, Marcelo Alarcón, encargado de Formación en la Vicaría para el Clero, dijo que especialmente en momentos convulsionados, volver a las fuentes de la espiritualidad “nos ayuda a conectarnos con Dios y su voluntad para nuestra vida”, y que, en base a esto, los Martes Sacerdotales quieren contribuir al desarrollo de la espiritualidad.
“Con la ayuda de Javier Melloni, hemos podido volver a valorar la doble dimensión de la fe y del servicio: en el "llano", en medio de la gente, sus dolores, interrogantes y demandas; y en el "monte" procurando escuchar la Palabra que Dios nos ha dicho en la vida cotidiana”, concluyó.
El próximo Martes Sacerdotal se realizará en noviembre, donde las reflexiones serán en torno a la más reciente encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti. La fecha exacta será comunicada a través de las redes sociales del Arzobispado de Santiago y por iglesiadesantiago.cl