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Artículo

Lunes 18 de junio de 2018

SS.CC: La dolorosa verdad y la búsqueda de la justicia

La Congregación de los Sagrados Corazones informa sobre un proceso de investigación previa en contra de un sacerdote de su comunidad.

Fuente: Congregación de los Sagrados Corazones en Chile

Como Congregación de los Sagrados Corazones en Chile, comunicamos que:

  1. El Delegado provincial para la recepción de denuncias de abusos recibió una denuncia de abuso sexual y de poder contra el sacerdote Juan Andrés Peretiatkowicz Valdés ss.cc., quien se encuentra hace 5 años sin encargos pastorales por razones de salud. Los hechos habrían comenzado a fines de la década del 80.
  2. El Superior Provincial, René Cabezón Yáñez ss.cc., recibió la información del testimonio a principios de mayo, iniciando de inmediato una investigación previa, que está a cargo de la abogada y experta en derecho canónico, sra. Ana María Celis, como instructora a cargo de la investigación, y del religioso René Cortínez SJ, como notario eclesiástico.
  3. Solicitamos a quienes tengan elementos que aportar en relación a estos hechos, puedan hacerlos llegar a la sra. Ana María Celis, en el siguiente correo: anamariacelis.sscc@gmail.com

Como congregación religiosa expresamos nuestra voluntad y compromiso de investigar en profundidad y con rigurosidad estos hechos, y a luchar decididamente en contra de la cultura del abuso y el encubrimiento que nos enrostra el papa Francisco. Lo recibimos como un grito desesperado de búsqueda de verdad y de justicia, que nos obliga como iglesia, a dejar atrás la escucha débil y a destiempo. Creemos que esta es la única via de reparación para quienes se han visto vulnerados o abusados.

Estamos revisando e implementando a la brevedad nuevas prácticas, procedimientos y protocolos que consoliden no solo la transparencia en las denuncias, sino que también procuren y garanticen ambientes sanos y protegidos en nuestras obras pastorales y nuestras comunidades, sobre todo en aquellas donde participan niños y jóvenes.

Nos confiamos a los corazones de Jesús y de María para que nos ayuden en esta tarea que nos es exigida por los laicos y la sociedad civil y que con humildad asumimos como un déficit. Debemos con urgencia cambiar esta cultura institucionalizada, por una nueva donde esté al centro Jesús y su evangelio, y sus predilectos: los vulnerados y excluidos de nuestra sociedad.