Todos somos Iglesia, un camino a la unidad

Un par de meses después un grupo de mujeres se puso en marcha la iniciativa “Todos somos Iglesia”.

“Nos empezamos a plantear qué queríamos para nuestros hijos, para nosotros, para la Iglesia en Chile y para todos nuestros compatriotas.  La carta que nos escribió el Papa es una hoja de ruta clarísima; en el fondo esa Iglesia que vuelve al origen, que vuelve al encuentro con Cristo y a las comunidades, donde todos nos sintamos parte de ella” explica la ingeniería comercial María Trinidad Castro, ex alumna de la Universidad de los Andes, quien hoy lidera la iniciativa.

El objetivo consiste en reunir la mayor cantidad de horas de adoración al Santísimo; rezos del Rosario o la realización de obras de caridad. Así también nació el logo, que simboliza una capilla conformada por personas: “Cada vez que alguien realiza una de esas obras, espirituales o corporales, va pintando una figura, y cuando tienes toda tu capillita completa la dejas en un recipiente. Esta es la “excusa” para unirse en la oración y en obras de caridad”, recalca María Trinidad.

Al poco tiempo de haber empezado, se sumaron seis amigas más de Trinidad y, sin ninguna ambición, la campaña prosperó rápidamente desde Arica a Punta Arenas. “Te das cuenta de que independiente de los diferentes carismas que conforman la amplitud de nuestra Iglesia, todos estamos a una por el mismo mensaje”.

La importancia de la Adoración

En este proceso, Trinidad rememora algunos de los momentos que más le han marcado,  como cuando fueron a darle una charla sobre la carta del Papa a un grupo de jóvenes. “Todo partía con una Adoración al Santísimo, con mucho silencio y respeto. Ver a jóvenes tan compenetrados, fue asombroso. Hubo cantos de alabanza (…) fue una gran experiencia” recuerda.

Por su parte, Francisca Mackenna, una de las diez mujeres que lideran esta iniciativa, reflexiona sobre lo que ha significado para ella este proceso: “La adoración al Santísimo es un regalo que he conocido en esta campaña. Soy inquieta y no entendía mucho su significado, pero al sentarme frente a Jesús expuesto en el altar, en silencio, he logrado tener una comunicación simple, sin pretender nada (…) y así sentirme querida tal cual soy”.

Mientras que Catalina Castro, otra de las precursoras de la iniciativa, resalta lo importante del silencio: “Es muy bonito cuando se logra esa conexión tan íntima con Dios en una Adoración al Santísimo. Muchas veces la olvidamos, ya que tenemos alertas de celulares, preocupaciones y múltiples planes que nos impiden dejar la mente en silencio para conversar y escuchar lo que Dios nos quiere decir”.

Los próximos objetivos

La acogida ha sido muy generosa y positiva: “La idea es que esta iniciativa sea de todos, que cada comunidad, parroquia, colegio o familia se hagan parte y la personalice” agrega María Trinidad, quien comparte su material gráfico a quienes lo requieran. Enfatiza que lo único que no se puede modificar es el nombre, el ícono y la forma de llevar a cabo la campaña. “Pueden cambiarle los colores; si quieres puedes poner la foto de tu fundador, de tu capilla o parroquia… La gracia es que cada grupo se haga parte y dueña de la campaña, manteniendo el compromiso de oración por nuestra Iglesia”.

La primera etapa se cumplió con varias comunidades desplegadas a lo largo de Chile y con una carta que le enviaron al Papa Francisco, en la que le daban a conocer la iniciativa. Además, “le pedimos una audiencia para contarle los planes futuros”, explica María Trinidad.

Las creadoras de “Todos somos Iglesia” se han propuesto que los grupos de adoración permanezcan en el tiempo y sumar un “banco de kilómetros de vuelos”, con el propósito de que muchos chilenos puedan ir a visitar al Papa.

Palabras de aliento

Todas las integrantes tienen una mirada optimista de las circunstancias actuales, por lo que hacen un llamado a mantener en alto la esperanza: “La Iglesia depende de nosotros, tenemos que trabajar juntos (…) creo que los laicos tenemos que tomar un rol activo, dejemos de ser laicos infantiles.  San Agustín decía: ´en lo esencial unidos, ante la duda libertad, pero por sobre todo caridad´ (…). Asimismo, esta campaña nos invita a trabajar juntos en nuestra esencia como católicos, en la oración y en las obras de caridad por el prójimo” explica Francisca Mackenna.

A su vez, Catalina Castro señala que el mensaje de la Iglesia “es tan potente que trasciende todo (…)  A lo largo de sus más de 2.000 años de historia ha habido diversas crisis en la Iglesia y períodos de gran oscuridad. Pero de alguna forma siempre triunfa Dios y la verdad sale a la luz y volvemos a aprender y renacer. Una y otra vez. Creo que, en este caso, el dolor de tantas víctimas debe ser nuestro motor y nuestro incentivo para ser laicos comprometidos con nuestra Iglesia. Que esta crisis sea motivo para que juntos pongamos todo nuestro corazón y talentos para trabajar en la reconstrucción de la Iglesia, la única que Cristo fundó”.