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Domingo 27 de junio de 2021

“Pidamos al Señor que nos regale una renovada esperanza”

Desde la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes de Los Castaños, monseñor Cristián Roncagliolo presidió la misa dominical, -ad portas de la celebración de San Pedro y San Pablo- en la que pidió a los fieles cultivar y fortalecer la fe para ser capaces de desentrañar la vida desde el Evangelio y vivirla con perspectiva de esperanza. La eucaristía fue seguida en vivo por más de 28 mil fieles a través de las redes sociales del Arzobispado y de EmolTV.

Periodista: Bárbara Guerrero C.

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Tras la lectura del Salmo Responsorial (29) y la Segunda Carta del apóstol San Pablo a los Corintios (8, 7-15) , el Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Cristián Roncagliolo, instó a los fieles a cultivar su fe y renovar la esperanza, permaneciendo siempre cerca de Jesús; tal como lo hiciera Jairo al pedir a Jesús por la vida de su hija, según el evangelio de Jesucristo según san Marcos. 

El obispo recordó que hoy, pese al ambiente pesimista que a veces nos invade y nos provoca a desistir, así como los comentarios sobre la pandemia o la situación político social del país que a veces nos llevan a “arrinconarnos, perdiendo la fuerza de la fe y la esperanza que brota de la experiencia de Jesús”, es importante dijo “no nos olvidemos que la fe nos enseña que hemos de dejar movilizarnos por el amor de Dios y luchar frente a toda adversidad”

Ante la pérdida de la esperanza, señaló tres factores indispensables para volver a Cristo y vivir la vida en razón del evangelio. “Tenemos que cultivar la fe, sabiendo que desde ahí se puede leer y comprender toda la realidad (...) cuando somos capaces de mirar y desentrañar el significado de la vida con el código del evangelio todo adquiere sentido y consistencia”. También señaló la importancia de confiar en Dios. “Sabemos que caminamos junto al Señor, Él es nuestro escudo y fortaleza”, dijo el padre.

En su homilía, monseñor Roncagliolo invitó a los fieles a ser “testigos de esperanza”, para ser capaces de entre tantos dolores, encontrar el sentido de los acontecimientos y mostrar los signos de la promesa. “La fe del Señor nos enseña que siempre hay un nuevo amanecer que nos alienta a caminar y a alentar a otros”. En este contexto, citó las palabras de Benedicto XVI en la encíclica Spe Salvi.

“Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito". 

Al finalizar la misa, el obispo pidió por el cese de la violencia en el mundo, por el Santo Padre y también por el Arzobispo de Santiago, Celestino Aós. Encomendó al Señor la salud de los enfermos y oró por el fortalecimiento de la fe. “Pidámosle al Señor que nos regale una renovada esperanza, para que nosotros, siguiendo el testimonio mariano, podamos interceder por los que sufren”.