Fraterno encuentro de diálogo interreligioso

En el día que el islamismo celebra el fin del Ramadán, el guía espiritual de la comunidad islámica de Chile, Sheij Sujeil Asad, junto al presidente del Centro de Cultura Islámica, Fuad Musa, visitaron la sede del Arzobispado de Santiago para reunirse con el administrador apostólico, monseñor Celestino Aós.

"Este fue un encuentro entre hermanos. Nos hemos presentado y hemos dialogado sobre la riqueza de nuestra fe, porque nosotros tenemos algunas cosas en común, y el puente principal es la Virgen María, que está en el Corán, y es uno los lazos que nos une", comentó el obispo de Santiago.

En el espacio, recordaron además los 800 años del encuentro entre San Francisco de Asís y el sultán de Egipto, que se celebra este 2019, y la visita del Papa a los Emiratos Árabes que se llevó a cabo en febrero pasado. "Como nos dice el Papa, la fe debe llevarnos a la unión, la religión nunca puede ser usada como arma de guerra, enfrentarnos o dañar al otro. Es un gesto de hermandad, de respeto, aunque no siempre se coincida en las mismas ideas o el mismo credo religioso. Por ello continuaremos con la buenas relaciones y nuestro deseo es seguir colaborando en lo que podamos", dijo monseñor Aós.

Haciendo alusión a la celebración del Ramadán, el Sheij expresó: "En este mes uno trata de cumplir con las obligaciones morales y valores de la mejor forma, porque creemos que es una oportunidad muy importante. Dentro de nuestras obligaciones está el buen trato con los demás, el diálogo y el encuentro, el fortalecer las relaciones con los creyentes de las distintas religiones y el intercambiar experiencias con los religiosos de otras confesiones. En ese proceso quisimos visitar al obispo para primero saludarlo, comentarle la situación de la comunidad islámica en Chile y fortalecer estas relaciones que ya llevan muchos años en este país".

Agregó que durante el espacio de conversación, expuso su preocupación sobre la "crisis espiritual contemporánea que se vive en la sociedad", por lo que le planteó al obispo de Santiago la posibilidad de "generar alguna instancia en común donde podamos unirnos todas las religiones y de alguna manera fortalecer el rol de Dios, involucrar a la religión en la vida del hombre y transformarlo en algo que realmente impregne todas las esferas del ser humano".

Al final de la reunión, los presentes rezaron un texto en común, en un gesto de hermandad y respeto.