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Domingo 24 de noviembre de 2019

El Primer Monasterio de la Visitación de Santa María celebra a Cristo Rey

Alrededor de 300 personas participaron de la Solemnidad de Cristo Rey y la consagración de Chile al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Los asistentes rezaron por la protección y la paz para el país.

Fotos: Camila González

Periodista: Paula Ampuero Ulloa

Este domingo 24 de noviembre fue el último del año litúrgico y las comunidades celebraron a Cristo Rey. El Primer Monasterio de la Visitación de Santa María celebró esta solemnidad con una eucaristía, una procesión y la consagración de Chile al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.

La eucaristía fue presidida por Monseñor Cristián Roncagliolo, Obispo Auxiliar de Santiago. En su homilía, explicó la importancia de esta celebración: "Profesar y renovar la fe en Cristo Rey es decirle al Señor: renuevo mi esperanza en ti. (...) En esta fiesta de la fe, si queremos que el reino de Cristo esté presente, en la creación, en nuestra patria, en nuestros corazones, y en nuestra vida, no hay una palabra más fuerte y contundente para nuestro tiempo que caridad. Caridad en el trato, en las palabras, en los gestos, en las sombras, en los propósitos, con los que vivo, con los que odian. Caridad con todos aquellos que no son capaces de reconocer en su corazón el amor de Dios".

Durante la procesión los fieles pudieron hacer una manifestación pública de su fe, recorriendo las calles aledañas a la Iglesia. La columna de personas estuvo presidida por el estandarte de la Guardia de Honor del Primer Monasterio de la Visitación de Santa María, y resguardada por el Señor Sacramentado.

Andrea Torres, miembro de la comunidad del Colegio San Francisco de Asís, explicó el significado que tiene para ella ser parte de esta solemnidad: "Celebrar a Cristo como el que rige nuestras vidas. Cristo, el que reina especialmente en estos momentos de tanta incertidumbre y tantas dificultades que estamos viviendo como país. La celebración de Cristo Rey nos recuerda que la única solución es Jesucristo, porque lo es todo. Por mucho que pongamos nuestros medios, nuestros esfuerzos, nada, si no Él, nos va a hacer felices".

Carolina Quevedo, Esclava de María y pronta a ser miembro de la Guardia de Honor, contó que para ella esta celebración de Cristo Rey "es una bendición, sobre todo por el momento que estamos pasando. Es una festividad de oración, de paz, de alabanza, de adoración a nuestro Señor, que en este momento está siendo tan vilipendiado, tan maltratado. Esta es una forma de reparar su corazón con amor y decirle que hay laicos que estamos vivos, adorándolo, que todavía queda gente que queremos ser humildes como Él y darle su posición en la tierra".

Luego de la procesión, en la Iglesia todos los presentes se arrodillaron y consagraron Chile al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, para pedir por la paz y protección del país.

Para cerrar, Monseñor Roncagliolo animó a la comunidad: "En este día de fiesta en que la corona de Cristo Rey simboliza quien es para nosotros, los quiero invitar a que renovemos los esfuerzos para poner a Cristo en el centro y, para que poniendo a Cristo en el centro, nosotros seamos provocación viva del reino de Dios que se construye en esta tierra".