Arzobispo de Santiago presenta encíclica Fratelli tutti, del Papa Francisco

La actividad, que se transmitió por Youtube, comenzó con la intervención del rector del plantel católico, Ignacio Sánchez, quien acogió a los panelistas y a las más de 430 personas conectadas. Resaltó el llamado del Papa a tomar conciencia de que en la crisis mundial por la pandemia  estamos todos en una misma barca y que “nadie se salva solo”. También las palabras de Franciso acerca del “diálogo social” en favor de una nueva cultura de fraternidad, muy aplicable a la realidad en Chile, señaló.

La presentación de Fratelli tutti estuvo a cargo del arzobispo Celestino Aós, quien empezó con una Oración al Creador, en la que pidió el encuentro, el diálogo, la justicia y la paz y crear sociedades más sanas, “sin hambre, sin pobreza, sin violencia y sin garras”. 

Enseguida, el pastor precisó las dos grandes líneas de la encíclica social: san Francisco de Asís y la parábola del buen samaritano. Y para el santo, dijo, cada fraile, cada religioso llegado, con sus riquezas y limitaciones, “es un don de Dios”. Inspirado en él, el Papa propone una forma de vida “con sabor a Evangelio” y quiere “que nosotros vayamos entrando en ese estilo”. Y respecto de la parábola del buen samaritano, lo que nos queda , expresa, es el llamado “anda y haz tú lo mismo, anda y sé tú samaritano”. 

El obispo Aós recalcó luego el interés del Papa por la fraternidad y la amistad social, hermandad que debe construirse con palabras, y se preguntó si el vocabulario en Chile construye paz “cuando se insulta al otro, cuando se le descalifica, cuando se dicen verdades a medias”. Luego, resaltó la paternidad de Dios respecto del ser humano, lo que nos hace hermanos, por lo tanto, responsables unos de otros. Finalmente, se refirió a lo afirmado por el Papa Francisco en el sentido de que los creyentes “sabemos que hacer presente a Dios es un bien para nuestras sociedades”.

El análisis de los panelistas

Después de esta presentación, hubo un panel conducido por la periodista Matilde Burgos, en el que intervino en primer lugar Pedro Morandé, licenciado en Sociología de la PUC y miembro de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. El académico calificó la encíclica como un testamento espiritual del Papa. En su intervención, habló de las dinámicas del mercado y el populismo, que generan “tendencias populistas muy violentas”, lo que representa, según el Papa, una de las más grandes tensiones sociales. Morandé valoró el documento magisterial como un avance en materia de Doctrina Social de la Iglesia, que aporta una reflexión más amplia acerca de los objetivos sociales.

La siguiente intervención estuvo a cargo de Ana María Stuven, periodista y doctora en Historia, quien ofreció una lectura política de la encíclica. Dijo que el documento parece pensado en Chile, y reveló que en él aparece 65 veces mencionada la palabra “dignidad”, tras lo cual se refirió tanto a lo expresado por Francisco como a las manifestaciones del 18 de octubre pasado. Y remarcó lo dicho por el Papa, en cuanto a que la dignidad se desprecia en situaciones de desigualdad, como en el caso de las mujeres, el rechazo a la diversidad, a los migrantes  a los pueblos indígenas, el descuido del planeta y de los pobres. Por eso, dijo más adelante, “tiene sentido que muchos chilenos salieran a las calles el 18 de octubre reclamando dignidad”. También abogó porque la Iglesia y sus organismos no se queden al margen de la vida plìtica del país.

Por último, intervino María José Lecaros, periodista, doctora en Comunicaciones y presidenta del Consejo de Ética de los Medios de Comunicación Social. La profesional se refirió primero al público al que está dirigida la carta encíclica del Papa, como son todos los hombres de buena voluntad, a pesar de sus convicciones cristianas, porque “los sueños se construyen juntos.” Luego destacó la mirada cotidiana y académica que hace el pontífice sobre el diálogo y la amistad social, y cerró su participación destacando la propuesta del documento de recuperar la amabilidad en las relaciones interpersonales.

El encuentro terminó con algunas preguntas a los panelistas por parte de las personas que se conectaron, referidas a temas como la sociedad futura, los desafíos para los católicos en el proceso que vive el país y la fraternidad trabajada entre los jóvenes.