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Domingo 12 de noviembre de 2017

“¡Aquí estoy Señor!” dijeron más de 80 personas al recibir los sacramentos

Una multitudinaria ceremonia dio término a un largo proceso de preparación y fue el puntapié para que los más de 80 fieles, se comprometieran a trabajar en la construcción del Reino de Dios.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Giselle Vargas

En la Catedral de Santiago, 86 alumnos y funcionarios de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) y del Duoc UC, recibieron los sacramentos de iniciación cristiana de manos del Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati y el Obispo Auxiliar de Santiago, Monseñor Cristián Roncagliolo.

La Santa Misa del 11 de noviembre, fue concelebrada por el padre Fernando Valdivieso, capellán general adjunto de la Pastoral UC y el capellán de la Pastoral del Campus Oriente de la UC, padre Tomás Billiot.

También, se reunieron amigos y familiares para acompañar a los confirmados, a siete personas bautizadas y 22 en su Primera Comunión.

El grupo de más de 80 personas, se preparó durante un año a través del programa “Sacramentos UC”, con catequesis semanales, retiros de silencio y reflexión y un gran encuentro con toda la Pastoral UC en Picarquín.

El también gran canciller de la UC, cardenal Ricardo Ezzati, explicó a los presentes que recibir los sacramentos es responder afirmativa y decididamente al llamado del Padre y los transforma en hijos, discípulos y apóstoles para la construcción del Reino de Dios.

“El Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación, constituyen una unidad profunda que expresan la realidad más bella del cristiano. Somos hijos de Dios, seguidores de Cristo, animados por el Espíritu para ser en el mundo constructores del Reino de Dios en la sociedad que nos toca vivir”, dijo en su homilía.

“Desde este día albergamos en nuestro corazón una gran certeza” y es la de aquel Padre que coloca su mirada en cada uno, “que no abandona, que acoge, que perdona y que invita a realizar la vocación humana en la más grande de las plenitudes que uno pueda soñar”, agregó.

El Arzobispo de Santiago invitó a que en una “sociedad opulenta y excluyente", los presentes derroten el egoísmo, la separación, el odio y “la incapacidad de acoger y de reconocer en todo, a un hermano y hermana. Somos Iglesia y hermanos unos con otros en la medida que nos reconocemos”. 

“El Señor confía en cada uno de nosotros, dándonos la tarea de construir el Reino de Dios en medio de nuestro mundo”, por eso “de hoy en adelante cada uno de ustedes recibe el don del Espíritu para despertar en su corazón la responsabilidad de ser constructores de un mundo nuevo”, para que todos se sientan en un Chile que es “Mesa para todos” y un “Hogar para todos”.

El cardenal Ezzati agradeció a la Universidad Católica porque, además de buscar “la excelencia de la formación humana y profesional”, también persigue “algo más grande que es el sentido verdadero y profundo a la existencia”.

Felipe Ibarra, Jefe de Sacramentos UC, manifestó: "Uno se da cuenta que el Señor es el que lleva esta obra, sin el Espíritu Santo esto es imposible. Y no termina un ciclo, sino que parte un ciclo de conversión. Renovar el Bautismo, renovar la fe es una gracia del Señor para llegar al cielo”.

Pascale Cerón, estudiante de Trabajo Social y confirmada, añadió: “Fue un proceso largo donde uno conoce personas que te ayudan toda la vida no solo en el ámbito universitario. Desde la carrera que estoy estudiando siento un llamado a trabajar en la sociedad, ayudar a los más vulnerables, ayudarlos a salir adelante, a que la gente no pase por el lado de ellos y no lo considere, ellos tienen el mismo valor que cada uno de nosotros que estamos aquí”.

En tanto, la animadora de confirmación, Consuelo Fuenzalida, se mostró emocionada porque “uno pone una parte y Dios hace las cosas. Tengo muchas ganas que sigan Su camino y para ellos uno da un impulso chiquitito pero, el resto lo ponen ellos y el Espíritu Santo”.

Rosana Pardo, madrina de confirmación de Miriam López, dijo que es “una responsabilidad grande pero satisfactoria porque guiamos en el camino al Señor. Siempre hemos inculcado que tiene que estar en presencia del Señor y aunque esté en dificultades, la esperanza es lo ultimo que se pierde, esa esperanza de tener a Dios”.