Viernes 9 de junio de 2017
La Esperanza como la más humilde de las virtudes
Con el lema "Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote", se llevó a cabo el día de Santificación del Clero en el Santuario de Schoenstatt en La Florida, este jueves 8 de junio.
Fotos: Jorge Salomón
Periodista: Enrique Astudillo Baeza
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl
El encuentro de reflexión comenzó con un desayuno y el rezo de la Oración de Tercia que entre sus versículos, oraba por el valor que tiene dejar el trabajo diario y las fatigas en manos del Señor y buscar la alegría en las labores diarias.
Tras el rezo, el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati dio la bienvenida a los casi 200 sacerdotes que participaron en el encuentro de presbíteros y recordó a todos ellos el valor de la vocación, el diálogo y la oracion, sobre todo en el tiempo de Sínodo que lleva la Iglesia.
Posteriormente, el Obispo Auxiliar de Santiago, Monseñor Cristian Roncagliolo, expuso el tema principal de la actividad que llevó por nombre "Por el camino de la esperanza", espacio donde reflexionó en torno al evangelio de Lucas "La pesca abundante".
"El texto bíblico nos pone en sintonía con el dato germinal de la Iglesia. Después del fracaso de un trabajo bien hecho, Pedro con los demás pescadores, estaban lavando las redes con tristeza. La desesperanza se tomaba su corazón", partió diciendo.
Luego continuó: "Jesús percibe la desesperanza y conmina a los pescadores a volver al lugar del fracaso, para que, haciendo lo mismo, tengan un resultado diferente. Pero Simón, sin tener conciencia total de lo que hacía, acoge el mandato (...) Pero lo hace con una diferencia fundamental, lanza las redes en el nombre del Señor".
En esa línea, Monseñor Cristian Roncagliolo, explicó según el Papa Francisco, que la esperanza es "las más humilde las virtudes", argumentando que a diferencia de la fe y la caridad, ésta se esconde en la vida: "La fe se ve, se siente, se sabe qué es. La caridad se hace, se sabe qué es. La esperanza camina silenciosa en el corazón creyente", dijo.
En seguida, exhortó a ver a Cristo como el fundamento de la esperanza, como el ancla de nuestras almas y desglosó algunas causas de la desesperanza que se suscitan producto de la mala lectura de los signos de los tiempos actuales, como la mundanidad espiritual, el pragmatismo, la tendencia endogámica, el relativismo y el agobio. Pero alentó a combatir con las palabras del Santo Padre: "No nos dejemos robar la esperanza" y acto seguido, llamó a buscar la forma de cultivarla.
Para este último punto, el Obispo Auxiliar, entregó ocho claves a partir de la Carta a los Hebreos 10,23: "Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa", donde destacó la escucha de Dios, la mirada de fe acerca de la realidad, la disposición para dar la vida, la caridad pastoral, el engaño de creer que las grandes cosas son las verdaderamente importantes, la vida en comunidad, el valor del sufrimiento o la dificultad y las convicciones, respetivamente.
Por último, invitó a vivir en contracorriente y a cambiar el curso de la navegación: "El Señor ha dicho que estará con nosotros todos los días hasta los fines de los tiempos. Este solo dato de fe nos indica que hemos de rezar con hondura y actuar con esperanzan convencidos que podemos cambiar el curso de la historia", resaltando la labor de los sacerdotes como "cántaros de agua, pues están llamados a dar de beber a los demás", concluyó.
Tras la reflexión de Monseñor Cristian Roncagliolo, vino un espacio de trabajo grupal donde los sacerdotes respondieron preguntas relacionadas a episodios de esperanza que hayan vivido en el último año y cómo alimentan la alegría en el diario vivir.
Finamente, el Vicario General, padre Héctor Gallardo, entregó una serie de insumos del X Sínodo de Santiago y explicó los trabajos parroquiales que vienen como parte del proceso Presinodal que se está realizando en la ciudad, para concluir un tiempo de exposición al Santísimo y un almuerzo fraterno.
Monseñor Fernando Ramos, Obispo Auxiliar de Santiago: "Fue una linda reflexión. Nosotros los sacerdotes estamos siempre vinculados con la esperanza, tenemos que ser testigos, ayudar a la gente y a la vez nosotros mismos, beber de esa esperanza. Siempre es bueno reforzar el valor de la vocación a la que estamos llamados y eso nos alimenta profundamente".
Padre Juan Ignacio Schramm, parroquia Santa Faustina, Colina: "La jornada nos animó a esperar en Dios en medio de las dificultades y poder testimoniar con alegría el sacerdocio, sacerdocio que no es nuestro, sino de Jesucristo y con el amor de Dios. Hemos recibido un llamado que nos sobrepasa y debemos hacer presente al Señor como el Buen Pastor".
Padre Marcelo Cabezas, ordenado sacerdote hace un mes: "Estas jornadas demuestran el compañerismo que hay en el Clero y lo que dijo Monseñor Roncagliolo, hay que aplicarlo en nuestras parroquias y ver que lo que me pasa a mí, también le pasa a sacerdotes que llevan muchos años, entonces es muy rico vivir estas cosas".