Finaliza formación permanente para el Diaconado

Como parte de las acciones del Plan de Formación Permanente para el Diaconado, la Vicaría para el Clero suscribió en mayo pasado un convenio con la Facultad de Teología de la Universidad Católica para llevar a cabo dicho curso, que este sábado 07 de octubre, finalizó con una emotiva ceremonia de certificación en el Arzobispado de Santiago.

La actividad comenzó a eso del mediodía con las palabras de Monseñor Galo Fernández, obispo Auxiliar de Santiago y Vicario para el Clero: "Estamos muy contentos con esta experiencia que permite que los diáconos de nuestra Iglesia se continúen formando. La formación permanente es una necesidad tremendamente importante y que mejor que hacerlo con un estudio serio dedicado a un Evangelista. El signo más importante que se puede colocar a un diácono es la palabra. Fundamentalmente su servicio al pueblo de Dios pasa por la entrega de la palabra y quien no la medita ni enriquece, no puede entregarla. Ha sido una experiencia maravillosa en el número y en la expresión".

Luego, el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, también tuvo un espacio para saludar a los diáconos, a sus familiares y amigos que estuvieron presentes en la premiación: "La tarea fundamental del diácono es la de ser anunciador del misterio de Cristo que es un proyecto de vida abundante. Yo me alegro inmensamente que este curso haya sido de inmenso provecho y ojalá que los frutos se noten abundante también en la vida de la comunidad cristina", exhortó.

El curso surgió luego de una consulta amplia realizada entre los Diáconos de la Arquidiócesis mediante la cual se buscó definir políticas de acompañamiento y formación permanente, la necesidad en el ámbito bíblico, litúrgico, de la Enseñanza Social de la Iglesia y los actuales desafíos socioculturales de la evangelización.

Para lo anterior, la Vicaría para el Clero comenzó a estudiar el convenio con la Facultad de Teología de la Universidad Católica y así, responder a las necesidades formativas, optando por iniciar el proceso con un curso del área Bíblica, específicamente Marcos. Con el objetivo planteado, se programaron ocho sesiones de trabajo distribuidas entre agosto y octubre, con un total de 18 horas de duración, siempre pensando en los tiempos y disposición de los participantes.

La iniciativa tuvo tal acogida que en dos días, se coparon las 60 vacantes del curso: "Ha sido un curso muy hermoso con un grupo grande de diáconos, muy bien dispuestos y comprometidos y deseosos de conocer mejor el Evangelio y a Jesús para anunciar lo mejor. Quedé muy contento. La formación permanente es muy importante, porque los desafíos son nuevos y porque a Jesús hay que entenderlo profundamente", explica el padre Eduardo Pérez-Cotapos, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Católica.

Así, 41 Diáconos permanentes asistieron a este curso acompañados de sus esposas. Como Antonio Ríos, uno de los diáconos certificados: "Estimo que la oportunidad que nos brindó la Vicaría para el Clero durante este tiempo ha sido de una riqueza enorme, ya que personalmente, me cuesta comprender los signos y los textos para poder traerlos a la realidad del hoy y del aquí, y para explicarlos a las personas que nos piden ayuda. Por eso estimo que vale mucho estar en formación permanente", dijo.

Todo concluyó con un grato compartir fraterno en los salones del Arzobispado de Santiago.