Sábado 5 de octubre de 2019
Conversión y misericordia a la hora de formar y prevenir
Bajo el lema "Encontrémonos por Él, con Él y en Él", cerca de 40 formadores en Ambientes Sanos de la Arquidiócesis de Santiago, se reunieron en su primera jornada de reflexión.
Fotos: Camila González
Periodista: Enrique Astudillo Baeza
Fuente: Iglesia de Santiago
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
La actividad, comenzó en la capilla Pentecostés del Santuario de Schoenstatt en La Florida, donde los formadores tuvieron una instancia de encuentro personal con Jesucristo por medio de la Adoración al Santísimo, espacio en que Andrea Idalsoaga, Delegada para la Verdad y La Paz, invitó a resaltar la inmensa labor que están realizando con aquellos que más sufren: "Era vital realizar una jornada de reflexión para todos los formadores de la arquidiócesis, donde la clave era volver al centro. Siempre se corre el riesgo de poder mecanizarnos o utilizar términos técnicos y perder en el fondo, el centro de para quién estamos trabajando y para qué. Ha sido una jornada muy iluminadora, porque hemos puesto el amor y la misericordia en el centro de nuestro trabajo", sostuvo.
Luego, monseñor Cristián Roncagliolo, compartió con los asistentes dos momentos importantes de meditación. En el primero, bajo el nombre "La urgencia de la conversión", animó a repasar el camino de conversión personal, mirar los aspectos de intimidad con el Señor y buscar los puntos necesarios para estar más cerca de Dios.
Tras esta primera instancia, vino un momento de compartir un café, para posteriormente, dar paso a la segunda meditación que se denominó "Vivir a partir de la misericordia". Aquí, los formadores pudieron profundizar en el sentido de la misericordia de Dios con su Pueblo, el combate ante el egoísmo y cómo se practica en la vida diaria la bondad.
Finalizado los dos espacios, monseñor Cristián Roncagliolo, resaltó a cada uno de los participantes la importancia de su servicio en estos tiempos: "San Pablo nos dice que el amor de Cristo nos urge, justamente porque el amor de Cristo es el motor de la Iglesia, mueve el apostolado, mueve la misión y también mueve la prevención de abusos sexuales y es importante un cambio de mentalidad en este tema. Si no somos movidos por la misericordia y el amor, nuestro trabajo será insuficiente y quizás estéril. Agradecemos a Dios por el compromiso de cristianos generosos que están acá y que desarrollan un apostolado extraordinario en la vida de la Iglesia y en todo lo que tiene que ver en la prevención de abusos", relató.
Poner en práctica
Por medio de trabajos grupales, cada uno de los formadores pudo compartir sus experiencias durante este tiempo de servicio a la Iglesia y ponerlos en común entre ellos: "Ha sido una jornada muy importante de conocimiento. Hemos podido aprender cómo enfrentarnos de la mejor manera a personas que están sufriendo y que han pasado por situaciones difíciles y así poder ayudarlos. Estoy muy contento con esta actividad", contó Nicolás Iriarte.
Caroline Celedón, por su parte, añadió: "Es necesario como Iglesia tener estos momentos, donde podemos reflexionar sobre nuestra tarea nuestro, sobre nuestro rol de evangelización en tiempos tan difíciles. Es vital que se den espacios para capacitarse y así entre nosotros, ayudar a otros a hacer crecer a nuestra Iglesia, a mejorarla y a poder recuperar la confianza y el centro que es Cristo".
Todo culminó con una eucaristía de agradecimiento a Dios por el servicio que realiza cada uno de los agentes y a continuación, un almuerzo en uno de los comedores del santuario.