Migrantes agradecieron la acogida de la Iglesia de Santiago

Comienza a llegar la noche a nuestra ciudad y muchos de los hermanos migrantes que hace poco están en nuestro país, comienzan a llegar a la casa de acogida para varones ubicada en la calle Seminario. Muchos se ven cansados después de un largo día de búsqueda laboral y algunos con más fortuna, después de una ardua jornada de trabajo.

En la casa los recibe con una sonrisa Alexander, responsable del lugar y los invita a pasar al comedor central: hoy es un día especial. Los protagonistas de este lugar quieren agradecer a la Iglesia de Santiago y al arzobispo, la enorme acogida que han tenido en el duro momento por el cual atraviesan.   

“Este es un apoyo maravilloso de verdad que llegar acá y tener un lugar donde poder dormir, poder comer, poder asearse, de verdad que nos ayuda. Muchos de nosotros estamos recién llegados, en busca de alguna oportunidad y no tenemos los recursos suficientes. Gracias a la Iglesia por esta labor y ayuda”, relató emocionado Ulises Hernández, migrante de Venezuela.

Somos un solo pueblo, hermanos de la patria grande

El agradecimiento comenzó con una eucaristía que fue presidida por el cardenal Ricardo Ezzati. En sus palabras recalcó que ante los ojos de Dios, somos todos hermanos. “Tenemos juntos una gran ilusión, una gran esperanza, que juntos como miembros de la patria grande, podamos vivir en comunión con ayuda fraterna y bien acogidos. Los cristianos somos un solo pueblo que tenemos una sola nacionalidad, la nacionalidad de los hijos de Dios, la nacionalidad más bella y que nadie nos puede quitar es ser parte de la familia de Dios”, dijo el pastor de la Iglesia de Santiago.

Además les dijo que “queremos compartir los dolores, las esperezas y el camino de cada uno de ustedes muy particularmente. Desde lo más profundo del corazón queremos ser hermanos de cada uno de ustedes. También humildemente quisiera pedirles perdón porque a pesar de que quisiéramos lo mejor para ustedes, lo que les podemos ofrecer, aunque es con mucho cariño, sabemos que es limitado”, manifestó el cardenal.

El Padre Marcio Toniazzo, director del departamento de Movilidad Humana del Arzobispado de Santiago, entregó más detalles sobre lo vivido. “Esta fue una acción de gracias, agradecer a la providencia de Dios que pasó por las manos de nuestro pastor para que esta casa fuera posible. Nuestro agradecimiento por toda la ayuda y que alegría poder compartir esta misa y la mesa con usted”, señaló.

Para finalizar el cardenal Ezzati reconoció la enorme labor del sacerdote encargado de los migrantes en la arquidiócesis, junto a su equipo, han realizado.  “Agradecer el servicio que presta el Departamento de Migraciones de las arquidiócesis en la persona del Padre Marcio, reconociendo todo un enorme esfuerzo que hemos podido ver en él, para lograr entre otras cosas también, esta casa de acogida para varones” finalizó.      

Tras la eucaristía compartieron la mesa con un fraternal encuentro donde habían preparadas varias sorpresas y palabras de agradecimientos.  

Pablo Galiano, migrante colombiano. “Desde el momento que yo ingresé a Chile he tenido oportunidades gracias a nuestra Iglesia, participando en distintas eucaristías y actividades, he conocido personas que me han ayudado mucho. Me he sentido muy bien acogido”.

Héctor Arteaga, migrante de Perú. “Todos nosotros somos una sola comunidad, migrantes que queremos surgir y llevar la palabra de Dios a los demás. Acá me han acogido muy bien, estoy muy agradecido, acá somos todos hermanos”.

Para mayor información sobre las casas de acogida que tiene la Iglesia de Santiago a disposición de los migrantes los invitamos a visitar la siguiente página http://fundacionscalabrini.cl