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Jueves 5 de septiembre de 2019

Comunidad de Ñuñoa celebró la consagración de una nueva capilla

Se trata del templo Santísima Trinidad, perteneciente a la parroquia Tomás Moro, que fue consagrado por el Administrador Apostólico, Celestino Aós, junto a cientos de feligreses del sector.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Andrea Ruz Dios

Corría la década del 60´ cuando un grupo de vecinos se unió por medio de la fe, con la idea de crear una gran comunidad. Comenzaron a reunirse en sus mismas casas, hasta que a inicios de 1980 lograron construir su primer templo. "Era una capilla muy sencilla, de albañilería, que tenía muy poca capacidad. La comunidad comenzó a crecer y de a poco comenzó a quedar chica, se repletaba de lado a lado y muchas de las personas quedaban de pie", cuenta el coordinador Hugo Villavicencio.

Ante dicha realidad, el sacerdote Sebastián Vial junto a los fieles comenzaron a soñar con la construcción de un nuevo templo, que vieron como una oportunidad de renovación material y espiritual. Así, gracias al apoyo económico de la Fundación Fe y Esperanza, en 2018, comenzó a gestarse la construcción de la nueva capilla.

De estructura amplia y sencilla, la renovada iglesia de calle Ignacio Carrera Pinto, de Ñuñoa, fue consagrada por monseñor Celestino Aós, en una celebración que comenzó con la bendición y aspersión del agua en los muros y continuó con la unción del altar como signo de dedicación al culto cristiano, lugar santo y casa de oración.

Tras ello, el padre Celestino procedió al rito de la incensación y luego revistió el altar con un mantel y con la instalación de cirios y flores, para celebrar en él la Santa Misa.

"El altar es el lugar donde se junta Dios y la humanidad. Cuando venimos al templo lo hacemos para encontrarnos con Dios y por ello debemos salir transformados" expresó el obispo en su homilía. Al continuar, exhortó a los presentes a preguntase "¿Qué será eso de ser cristianos?", a lo que él mismo respondió: "Ser cristiano es haberse encontrado con Jesucristo y hacer testimonio de él con nuestras obras. Esta es una ocasión de envío y la paz que ustedes viven aquí deben llevarla para transmitirla a otros", dijo.

Al finalizar la celebración, el párroco de Santo Tomás Moro, Gerónimo Waker, destacó la gran participación de la comunidad, que compuesta por ocho capillas, da cuenta de un "laicado muy protagonista", dijo. "Acá la gente es muy participativa y muy apostólica. Hay una labor misionera que se hace desde hace muchos años. Los laicos junto a otros religiosos y agentes pastorales de otras comunidades salen a misionar, a visitar puerta a puerta las casas, y eso ha ayudado mucho a despertar y darle más vida a la comunidad, que se ha hecho muy activa", expresó.

Carlos Urbina tiene 17 años y participa activamente desde los 9 años. Cuenta que su motivación está en el sentirse parte "de la Iglesia que nos dejó Cristo, es algo precioso y que ojalá todos pudieran vivir. Este tiempo no ha sido fácil para los jóvenes, a veces a muchos les cuesta perseverar en la fe y es precisamente junto esta comunidad, que es muy especial, comprometida y valiosa, donde uno encuentra apoyo y contención para este caminar junto a Dios", señaló.