Miércoles 6 de noviembre de 2019
La voz de la Iglesia y confesiones religiosas frente a la crisis
El diálogo, el encuentro, la fraternidad, el amor, ser instrumentos de la paz y otros factores forman parte de las exhortaciones que surgieron de los distintos mensajes entregados por los obispos del país y otros líderes religiosos frente a la grave crisis que vive la sociedad chilena.
Fotos: Nibaldo Pérez
Periodista: José Francisco Contreras
Fuente: Periódico Encuentro
Link fuente: www.periodicoencuentro.cl
La Conferencia Episcopal de Chile, CECh, pidió "entender la raíz de la violencia; monseñor Celestino Aós, administrador apostólico de Santiago, afirmó que la paz "se fundamenta en la verdad, el respeto y la justicia"; en tanto, monseñor Fernando Chomali, arzobispo de Concepción, enfatizó que la situación actual no es un tema esencialmente político ni económico, sino moral.
Cuidar la convivencia: la paz es fruto de la justicia
En una primera declaración, la CECh sostuvo el 19 de noviembre que "estos hechos dolorosos y traumáticos son una imperiosa llamada para continuar creando una cultura del encuentro y la comprensión, capaz de escuchar y empatizar con los sufrimientos y malestares cotidianos de la sociedad chilena en materias laborales, de salud, seguridad ciudadana, educación, vivienda, pensiones, situación de pobreza, y los desafíos humanitarios de la inmigración, entre otros. Sostuvieron que "la primera obligación de todos los que ejercemos algún tipo de liderazgo en el país es comprender el profundo malestar de personas y familias que se ven afectadas por injustas desigualdades, por decisiones arbitrarias que les afectan en su vida diaria y por prácticas cotidianas que consideran abusivas, porque lesionan especialmente a los grupos más vulnerables."
Más adelante, los obispos condenan "decididamente la violencia que se ha dado en la capital del país con agresiones a personas, destrucción de bienes, saqueo de locales comerciales y la privación a cientos de miles de compatriotas de un servicio de transporte que es la base del funcionamiento de la ciudad. Pero para que esta condena sea efectiva tenemos que hacernos cargo de entender las raíces de esa violencia y trabajar con urgencia para prevenirla, detenerla y generar formas pacíficas de hacerse cargo de los conflictos". Después, indican que "todos tenemos responsabilidad en generar una convivencia ciudadana y una amistad cívica que evite la violencia física y verbal, pero están más obligados a ella quienes han recibido la responsabilidad de conducir la sociedad".
Levantarnos de la mano de la justicia y el diálogo se titula el segundo mensaje del episcopado, en el que valora "los gestos de autoridades y dirigentes que han procurado acoger las demandas expresadas por diversos sectores". También llamaron "a todas las personas que se están manifestando y a los organismos y autoridades competentes a velar por el respeto de los derechos fundamentales, el trato ajustado a derecho de las personas detenidas y el respeto a los servidores públicos llamados a mantener el orden y la seguridad de acuerdo a las normas que la ley consagra".
La paz de Chile es tarea de todos
Así lo afirmó monseñor Celestino Aós, administrador apostólico de Santiago, en su mensaje del 19 de octubre, previo a la misa realizada en el Santuario de Auco. En esa ocasión expresó el pastor: "La paz de Chile es un don que nosotros pedimos a Dios; la paz de Chile es tarea y responsabilidad de cada uno de nosotros. Una paz que se fundamenta en la verdad, el respeto y la justicia. La violencia debilita y mata la paz. Por eso estamos tristes, estamos dolidos, al constatar los efectos de la violencia de estos días. Es la hora de elegir, es la hora en que cada uno tiene que decidirse por la paz o la violencia. Miles de jóvenes han peregrinado a Auco, para celebrar la paz que tenemos y pedir por ella, y otros muchos no han podido hacerlo, por la situación, hemos tenido que acortar las celebraciones de los jóvenes en Auco. Los jóvenes son la esperanza, a ellos y a cada uno de los chilenos les pido que recemos juntos por la paz y renovemos nuestro compromiso. Es la hora de elegir la violencia o la paz". Para ello, citó la Plegaria de san Francisco de Asís: "Señor, haz de mí un instrumento de tu paz", para que Dios nos ayude a poner amor, perdón, unión, verdad, fe, esperanza, luz y alegría allí donde faltan estos valores. No buscar tanto, como dice el himno franciscano, ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, sino amar. "Porque es dándose como se recibe; es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado; es muriendo como se resucita a la vida eterna".
Zaqueo, en vez de saqueos
También el arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomali, hizo una reflexión ante el momento que vive el país. Dijo que "la vocación fundamental del ser humano -amar y ser amado- está relegada al final de la lista de prioridades en la sociedad chilena", y que hay, citando a Francisco, una "anemia afectiva" que se manifiesta como una "globalización de la indiferencia" y en un "individualismo y egoísmo irritantes". Esto, dijo, ha producido en Chile, 650 mil jóvenes, entre 18 y 29 años, que no estudian ni trabajan; enfermedades mentales, suicidios, miles de ancianos solos, mujeres abandonadas y maltratadas, tres de cada cuatro niños que han sufrido algún tipo de violencia en sus casas, vecindarios o colegios. "La violencia y la soledad en Chile son una pandemia", sostuvo. Todo porque "el país apostó por un modelo que gira en torno al consumo, a la competencia, al tener más. Ello deja heridos en el camino, el Papa los llama "'los descartados'". Sobre la base de esta realidad, el arzobispo invitó "a que dejemos de mirar la paja en el ojo ajeno y miremos la viga que llevamos en el nuestro". Luego se refirió al pasaje evangélico de Zaqueo, el cobrador de impuestos que robaba a sus propios compatriotas y que al encontrarse con Jesús se arrepintió y devolvió más de lo que robó. Apoyado en este texto, pidió que "como Zaqueo, pidamos perdón" y nos empeñemos "en la construcción de una sociedad más justa y más fraterna. Los cambios se verán en el corto plazo", aseguró. Finalmente, afirmó que "la situación que vive Chile no es un asunto primordialmente económico ni político. Es mucho más profundo que ello, es un tema moral". Por eso su otra invitación es a "comenzar la gran batalla, tal vez la más dura, la batalla contra uno mismo para terminar con todo lo que nos impide embarcarnos en la construcción de una sociedad a la altura de nuestra dignidad como seres humamos".
"La Tierra era un caos informe"
Entre muchos otros pastores, también el administrador apostólico de San Felipe, padre Jaime Ortiz de Lazcano, se refirió a los graves hechos y a la pregunta que muchos se hacen: "¿Dónde está Dios en medio de tanta violencia y desastre? ¿Está Dios en medio de todo este caos? La realidad pareciera decir que Dios se ha ido, pues este caos recuerda a aquel que imperaba antes de la creación y que nos cuenta el libro del Génesis: "La tierra era un caos informe. Sobre la faz de la tierra se cernía el abismo y las tinieblas. Y el Espíritu de Dios aleteaba sobre la faz de las aguass" (cf. Gn. 1, 2). La Palabra de Dios nos recuerda que ante cualquier caos, desastre, realidad de tinieblas que pueda existir, siempre el Espíritu de Dios está por encima queriendo crear y dar vida, queriendo ordenar, queriendo informar en el más estricto sentido de la palabra". Y más adelante afirma: "Si Dios está presente, entonces todo es diferente, todo cambia, ya no estamos solos y, además, con Él podemos ir construyendo un mundo nuevo, una sociedad diferente, mucho mejor y más justa".
Líderes religiosos unidos por la justicia y la paz
Algunos de los principales líderes religiosos que componen la Asociación de Diálogo Interreligioso de Chile, ADIR, entregaron el 21 de octubre una declaración conjunta sobre la situación que vive el país. En ella señalan que "hacemos un ferviente llamado a la justicia y a la paz. Nos duelen los muertos y heridos que han dejado estas jornadas oscuras de nuestra historia. Nos duele que los principales afectados sean los más pobres". Agregan que "tenemos que trabajar unidos para que la razón prevalezca sobre el odio, para que el diálogo tenga oportunidad entre nosotros y para que trabajemos por una cultura del encuentro, que nos permita reconstruir la fraternidad y los valores que inspiran el alma de Chile". Luego, los líderes religiosos llamaron a que "abramos el corazón, a que trabajemos por la paz", a que "generemos puentes que nos permitan el encuentro" y "a la oración en común, pidiendo a Dios que nos restablezca la unidad y la paz". Firmaron esta declaración Gloria Rojas, Pastora de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile, junto a representantes de las Asociación de Diálogo Interreligioso de Chile, ADIR.