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Artículo

Martes 27 de agosto de 2019

La alegría de ser acogidos con amor en la tercera edad

El Hogar San José de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, celebró con una eucaristía la fiesta de su fundadora santa Teresa de Jesús Jornet.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

El hogar, que atiende a adultos mayores, recibió la visita del Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, quien compartió con los residentes, directivos, personal administrativo y profesional y también, con colaboradores y amigos de esta obra. 

Entre los residentes, Nicolás Vallejo Gutiérrez, 86 años, separado, ocho hijos. Dos años en el hogar. Estuvo 63 años en Venezuela, donde nacieron siete de sus hijos. Allá se jubiló, pero no le pagaron "porque no hay dólares", dice. A través de la embajada de España en Caracas -porque tiene la doble nacionalidad- logró salir y llegar a Chile, donde tampoco ha recibido una pensión. Es ingeniero hidráulico y trabajó en el país caribeño construyendo acueductos rurales. Tiene nietos, bisnietos y tataranietos. Acerca de la acogida en este hogar confiesa que "aquí es muy buena la atención, le dan a uno mucho amor y me he vuelto a acercar al catolicismo, del que estuve alejado por razones de trabajo".

Esta calidad de la acogida fue reconocida también por el Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, al presidir la misa. En la homilía señaló que "a este lugar y a otros llegan muchas personas que tal vez nunca pensaron que iban a estar cuidados en un hogar y Dios se fija en quienes los acogen". Añadió que "los hogares fundados por Teresa de Jesús Jornet se van multiplicando porque su fundadora y las hermanas son capaces de amar al Señor". Y que "fue con la ayuda de la Virgen que la santa pudo realizar su obra, y con la ayuda de la Virgen cada uno de nosotros irá también realizando su obra".

El pastor invitó a los presentes a pedir hoy a la Virgen y a santa Teresa "la alegría de estar vivos, de tener quien nos cuide, pedir por los ancianos, que el Señor les dé fortaleza y esperanza y, en especial, por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados". 

Luego la superiora de la casa, la hermana Irene agradeció a todos los que acompañaron a esta comunidad en este día patronal, a los bienhechores, "sin cuya colaboración no sería posible llevar a delante esta obra". Este reconocimiento la emociona visiblemente. "Me emociono porque veo que la Providencia actúa, porque realmente esta obra es de Dios, Él la lleva a cabo y se vale de todos los colaboradores de corazón generoso", terminó señalando.

Otro residente también compartió su vivencia, Augusto Maureira, oriundo de Salamanca, casado con Mercedes Vallejos, cuyos tres hijos viven en Isla de Maipo, Valdivia y Puente Alto. Al quedar solos, debieron dejar su casa en la Cuarta Región y fueron acogidos en el Hogar San José. Augusto, profesor de Francés jubilado, trabajó 47 años, 14 de los cuales en aula y el resto como director. Incluso llegó a crear el Liceo Municipal de Salamanca. Se explaya en palabras de gratitud por las hermanas que los acogieron y afirma con fuerza que "aquí se aplica la caridad".