Este Mes de María: “Venimos para que nuestro corazón tenga un nuevo ardor”

La parábola de las diez vírgenes fue el Evangelio que se aclamó este domingo. En el texto del evangelista san Mateo se previene a los fieles sobre la segunda venida de nuestro Señor. “Jesús comparó el Reino de Dios a ese grupo de doncellas que esperan al novio, todas están convidadas a la boda, todas llevan ya las lámparas, pero algunas están prevenidas, preparadas con el aceite en su lámpara. Las necias no se preparan llevando combustible para llenar y rellenar la lámpara”, explica el arzobispo.

Comenzamos el Mes de María junto a la Virgen, dice Aós, “junto a los hermanos en la fe, y queremos revisar si estamos en el grupo de los necios o en el de los prudentes. Junto a la Virgen queremos llenar de aceite nuestras lámparas, el Mes de María no se queda en meros cantos u oraciones lindas, exige conversión”.

En la oración del Mes de María le decimos a la Virgen: venimos a ofrecerte nuestros corazones, deseosos de serte agradables y a solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo servicio. “No venimos para quedarnos iguales –advierte el arzobispo-, venimos para que nuestro corazón cambie, para que, con la ternura de la madre, con la gracia de Jesús, con la oración de los hermanos, nuestro corazón efectivamente tenga un nuevo ardor en el santo servicio de Dios”.

Al finalizar la celebración, el arzobispo invocó la protección de la Virgen María “sobre nuestras familias, sobre nosotros mismos, sobre nuestros enfermos, nuestros queridos enfermos. Oremos por los que están sufriendo más, por aquellos que se encuentran más solos”.