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Domingo 16 de agosto de 2020

Celestino Aós: “Recen porque seamos fieles a nuestra vocación”

Recordando la importancia de la oración, la fe en Cristo y el valor de la vida consagrada, -luego de vivir la solemnidad de la Anunciación-, este domingo el Arzobispo de Santiago extendió una invitación a los fieles al recogimiento, para celebrar la resurrección de Jesucristo en un nuevo encuentro transmitido por Emol TV.

Por: Bárbara Guerrero C.

Periodista: Bárbara Guerrero C.

Fuente: Comunicaciones Arzobispado

La eucaristía, -celebrada por el Arzobispo de Santiago, Celestino Aós y concelebrada por el Obispo Auxiliar, Alberto Lorenzelli- comenzó con la lectura del libro del profeta Isaías, que revela la presencia de Dios en la vida de todos aquellos que velan por el bien común y adhieren a Él a través del culto en la oración. “A los que guardan el sábado sin profanarlo y se mantienen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos en mi altar, porque mi casa será casa de oración para todos los pueblos”. 

Con la lectura de la carta del apóstol San Pablo a los romanos, el padre Lorenzelli recordó a todos quienes se unieron a la transmisión, que incluso aquellos que se rebelan contra Dios, también alcanzarán su misericordia “Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía para manifestarnos a todos su misericordia”.

Recen por nosotros

Un llamado a reflexionar sobre los misterios de la oración fue el mensaje que entregó el obispo Aós en su homilía. En este fin de semana, que la Iglesia celebró a la vida consagrada, don Cestino reconoció que lo más difícil en la vida de un religioso o una religiosa, es la oración ya que carga con las necesidades, conflictos, problemas y pecados de todo el pueblo. “Rezar no es fácil, porque no es repetir oraciones, es abrirnos y entrar en contacto con Dios”, aseveró.  

Además de agradecer a los consagrados y consagradas por su total entrega a Dios, hizo un llamado a los padres cuyos hijos o hijas sientan en su corazón el deseo y la inquietud de ser religiosos, les permitan atreverse a hacer el discernimiento y reconocer el llamado del Señor, a quienes dijo: “Vale la pena ser religioso, aunque sea difícil. Nunca vamos a estar solos. Siempre vamos a tener la presencia del Señor y la protección de la Virgen María (...) Siempre habrá personas a las que el Señor quiera adentrar más en este misterio de fe que es la oración, que es la entrega al servicio de Dios y al servicio también, de los hermanos”. 

Al finalizar su homilía, el arzobispo pidió al pueblo de Dios rezar por los religiosos y religiosas, expresandoles su cariño por medio de la fe. “Recen por nosotros y recen a Dios para que todos los religiosos y todas las religiosas seamos fieles a nuestra vocación y seamos personas de fe y de oración”.