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Lunes 11 de mayo de 2020

Arzobispo de Santiago, Celestino Aós, celebró Misa de Día de la Madre

A través de la señal online de EMOL, el obispo celebró en vivo la misa de este domingo 10 de mayo, transmitiendo un mensaje de respeto, aprecio y reconocimiento para todas las madres en su día y llamando a la unidad de las familias ante las dificultades.

Periodista: Vanessa Yegres

Como ha sido el caso para todas las celebraciones recientes y dada la contingencia generada por la propagación del Coronavirus, Aós realizó la celebración de la liturgia de manera online, donde fue acompañado en la lectura del Evangelio por la canciller de la arquidiócesis de Santiago, Francisca San Martín.

En su homilía, el sacerdote se centró en un mensaje de unidad para las familias y comunidades, expresando que el Dios está en todos lados, a pesar de los problemas y que estos son la manifestación de nuestra humanidad. "No nos asustemos de que haya problemas. Asustémonos si no hay amor", sentenció.

"Construir juntos y en oración" fue la invitación del obispo ante las posibles adversidades. "Cada cristiano, como nos lo ha dicho San Pedro, somos una piedra viva. Y piedra a piedra, Dios va construyéndose un templo. Cada cristiano con su riqueza de cualidades y virtudes y con su fardo de limitaciones y pecados. Dios hace maravillas con nosotros".

En su mensaje a las madres durante su día, Aós dijo que "la mamá perfecta no existe" ya que cada madre es "absolutamente única, distinta de las demás, con rasgos muy parecidos, pero con rasgos absolutamente únicos. La maternidad se estrena con cada hijo, usted sabe muy bien que las necesidades de uno difieren de las de otro" agregando que "la maternidad se disfruta. Tiene mucho, muchísimo amor, alegría, ternura, etcétera. La maternidad tiene mucho de exigencia y sacrificio. Hay cosas irrenunciables, hay sufrimiento que solo una madre experimenta, del gozo y la alegría de Belén pasó la Virgen María, la Madre María, al dolor más inimaginable al pie de la cruz".

Asimismo, el obispo destacó que el respeto y aprecio por nuestras madres, no solo en un día especial, sino de manera transversal, debe ser una de las bases de la vida de todo cristiano. "Que esta celebración, que es expresión de nuestra fe, que es un acto de amor, a Dios, sea también un acto de amor a esa mujer a través de la cual Dios nos llamó a la vida. Un acto de amor y de cariño a nuestras madres".