Martes 22 de febrero de 2022
Andrea Corsi Sotelo: La felicidad de servir en la misa como acólita
A continuación relatamos la historia de Andrea, una alegre y dedicada joven mujer que decidió cumplir esta importante función en la Eucaristía.
Periodista: Felipe De Ruyt
Fuente: Iglesia de Santiago
Link fuente: https://www.iglesiadesantiago.cl/
“En la misa me siento tranquila, feliz y acompañada”, dice Andrea Corsi, quien desde hace unos 15 años ejerce como acólita. Esta joven mujer, quien se preocupa de que cada detalle esté perfecto cuando la Eucaristía se lleva a cabo en el recinto del Colegio San Ignacio en Santiago, tiene 29 años de edad y Síndrome de Down. Su mamá, Rosa Sotelo, se emociona al recordar cómo su hija, entonces adolescente, comenzó a cumplir este crucial rol en la celebración del sacrificio del Señor.
El papá de Andrea, Carlos Corsi, falleció debido a un cáncer 15 años atrás. “Yo estaba un poco alejada de la religión”, reconoce la mamá. “Oscar Felipe, mi otro hijo, estudiaba en el colegio San Ignacio y siempre tuvimos todo el apoyo de los jesuitas, que nos venían a ver y a consolarnos”.
Fue entonces cuando Andrea descubrió su voluntad de colaborar en la Cena del Señor. “Empezamos a ir a misa con más frecuencia y un día ella me dijo que quería ayudar. Uno de los sacerdotes habló con el padre Felipe Berríos (quien en esa época celebraba misas en el colegio y él dijo que no había ningún problema”, relata Rosa.
Fue así como Andrea comenzó a cumplir con gran constancia y mucha felicidad este importante papel en la Eucaristía. Así lo confirma el padre Cristián Viñales, a cargo de las misas en la capilla del Colegio El Bosque, que se realizan los domingos a las 19:30 horas y están abiertas a todos los fieles. “Andrea ha aprendido en la práctica. Ella colabora en la Misa y lo hace muy bien. Hacemos muy buena dupla. Siempre es la primera en llegar y es muy responsable con los horarios. Es una acólita hecha y derecha”, afirma.
APERTURA A LA MUJER
El acólito constituye un ministerio laical de la Iglesia Católica y se designa para asistir al diácono y asistir al sacerdote en el servicio del altar durante las celebraciones litúrgicas, especialmente en la celebración de la Santa Misa. Sus funciones contemplan cuidar del servicio del altar y ayudar al diácono y al sacerdote en las acciones litúrgicas, especialmente en la celebración de la Misa.
El Papa Francisco estableció, a través de su Carta Apostólica “Spiritus Domini” en forma de Motu Proprio, que los ministerios de lector y de acólito estén abiertos a las mujeres de manera estable e institucionalizada.
Para Andrea, una joven de una simpatía y serenidad que impresionan, este rol en la eucaristía es una enorme fuente de alegría.
-¿Qué sientes cuando estás en la misa?
-Me siento feliz, tranquila y acompañada.
-¿Y ves a Dios ahí?
-¡Sí!- nos dice entusiasmada.
Su mamá reconoce que la labor de acolitado de su hija es una permanente fuente de serenidad y fortaleza. “A ella le da inmensa alegría y se siente muy importante como cristiana. Y yo veo la integración que existe en la Iglesia: lo veo porque soy partícipe, lo percibo y lo siento”, recalca.