El Espíritu Santo guía a la Iglesia y le enseñará a usted a discernir su vocación

Esta fiesta se celebra cincuenta días (“penta” significa “cinco”) después de la resurrección de Jesucristo, cuando Dios entrega el Espíritu Santo a los doce apóstoles, reunidos junto a la Virgen María, y les infunde valor para salir a proclamar la Buena Nueva de Cristo vencedor de la muerte. En su homilía, el cardenal relató cómo se juntó mucha gente venida de distintas naciones en torno al cenáculo, lugar donde estaban los apóstoles, los que empezaron a hablar y cada uno le entendía en su propio idioma. Hablaban dijo, de las marvillas de Dios, como que todos se constituyan en un cuerpo, el cuerpo místico de Cristo, la Iglesia, “porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo -judíos y griegos, esclavos y hombre libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu”, citando a san Pablo. La maravilla, agregó, de que “usted y yo y cada uno de los bautizados recibamos el Espíritu Santo. Jesús prometió: no los dejaré huérfanos, les enviaré el Espíritu Santo. Él les acompañará siempre, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho”.

Más adelante, el pastor señaló que la Virgen María y san José escucharon a Dios que les pidió levantarse y ponerse en camino: “La Iglesia, con los apóstoles, aprende de la Virgen María a abrir el corazón al Espíritu Santo: que esté con nosotros, que nos vaya adentrando en los misterios de la vocación”. Aseguró que  la Iglesia confía en el Espíritu Santo y por eso mira el futuro con esperanza. “Cada uno de nosotros en el bautismo hemos recibido la promesa: No caminarás solo, el Espíritu Santo te acompañará; no estarás solo, los hermanos cristianos te acompañarán”, afirmó, y precisó que la vocación personal de cada uno es el camino de la salvación. Puso el ejemplo de san Francisco de Asís, que escuchó la voz de Jesucristo que le dijo: “Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala”. Y para ello tuvo que volver muchas veces a rezar, a pedir luz y fuerza.

Luego el cardenal Celestino Aós preguntó: “¿Se puede hablar hoy de la vocación a la vida religiosa, al diaconado, o al sacerdocio? ¿En este ambiente en que los escándalos salpican también a los hombres y mujeres de Iglesia, a la religión? ¿en esta sociedad donde se pelea para tener poder y dinero, para que le sirvan a uno y no para servir a los demás? Porque creo en Dios, porque creo en el Espíritu Santo les hablo de la vocación al matrimonio o al celibato, a la vida religiosa o al ministerio diaconal o presbiteral”. Al final de su exhortación manifestó: “El Espíritu Santo dirige la Iglesia. El Espíritu Santo se posa igual sobre pobres que sobre ricos; se posará sobre usted y le enseñará a discernir su vocación”, y llamó a los jóvenes: “No temas, levántate, y ponte en camino”.

La eucaristía fue concelebrada por el Obispo Auxiliar Cristián Roncagliolo, y por el padre Julio Díaz, párroco de Nuestra Señora de los Pobres, de La Pincoya 

Mayor participación y mayor comunión

Esta misa clausuró el Mes Vocacional, que se desarrolló a partir del 24 de abril, bajo el lema “No temas, levántate y ponte en camino” y contó con la participación de cerca de 150 instituciones religiosas de la Arquidiócesis de Santiago, entre parroquias y comunidades. El mes partió con la V Mesa Vocacional, actividad en la que participaron más de 120 religiosas, religiosos, sacerdotes y laicos, cuya exposición central estuvo a cargo del padre Cristóbal Fones S.J. y se tituló “La fe como principio de discernimiento vocacional”. 

Durante este Mes Vocacional  se organizaron encuentros virtuales en los que hubo conversatorios, Lectio divina, cine católico con biografías de santos, retiros, el rezo del rosario y la  celebración de la misa. La hermana Mónica Torres, encargada de la Pastoral Vocacional, indicó que “superamos las expectativas en comparación con el año pasado, con mucha mayor participación de los párrocos, las comunidades religiosas. Además, las visitas a las redes de pastoral vocacional subieron en un 800%, respecto de  un tiempo normal”. Agregó que hoy los jóvenes se acercan, preguntan, y que “dentro de la Iglesia de Santiago se ha producido una sinergia, mucha comunión entre las diversas pastorales. Estoy contenta y agradecida de Dios por lo que Él está haciendo”.

Para este 19 de junio, añade la hermana Mónica,  se desarrollará el primer encuentro de animadores de pastoral vocacional, un proyecto que surgió de las bases el año pasado. Y posteriormente un congreso de pastoral vocacional.